Fabio Colloricchio y Violeta Mangriñán están viviendo en una pompa. Sí, sí. Literalmente. Los enamorados están como quieren.
Pero el italiano ha puesto rumbo a su país para llenar las maletas de ropa y volver con su enamorada, eso sí, en una semana.
Y claro, separarse tantos días después de llevar casi cuatro meses sin hacerlo, se hace difícil. O sino, que se lo digan a la ex superviviente, que a pesar de compartir durante el día de ayer un buen rato con El Cejas y continuar con su día a día, ha reconocido estar triste y su «única alegría ha sido la llamada de su madre y de su abuela». ¡Ah! Y, por supuesto, darse cuenta de que es capaz de montar muebles de IKEA a las 23:00 sin destornillador.
¡Ya queda un día menos para el tan ansiado reencuentro!