Hasta en las casas de apuestas británicas se han abierto las pujas de un posible embarazo en la familia real inglesa. Las opciones son claras: o bien Meghan Markle con el Príncipe Harry, o bien Kate Middleton junto al Príncipe Guillermo.
Si la exactriz se quedara embarazada, cumpliría el anuncio que hizo junto a Guillermo de ser padres únicamente de dos hijos. Tras traer al mundo al pequeño Archie Harrison, y teniendo en cuenta la edad de Meghan (38), no sería de extrañar que andaran buscando un hermanito que le hiciera compañía.
Por su parte, Catalina de Cambridge continúa despertando rumores acerca de su ansia por volver al estado de buena esperanza. Si esto fuera real, sería su cuarto embarazo junto a Guillermo. Nada que extrañe, pues Kate ha admitido en varias ocasiones su amor hacia los niños y la maternidad.
Pero, afortunada o desgraciadamente, no solo de ilusiones se vive. Por mucho que las dos grandes mujeres de la realeza de Inglaterra quisieran hacer coincidir sus embarazos en el tiempo, es algo que jamás podrá ocurrir. El protocolo real del país lo tiene absolutamente prohibido.
De entre todos los protocolos, destaca la manera y el momento en que se comunican las noticias al público. Está todo medido al milímetro.
Es por esto, que no sería de extrañar que las duquesas de Sussex y Cambridge hubieran podido programar sus embarazos una detrás de la otra, según informa el diario británico ‘Express’.
Además, de entre ambas, tendría cierto privilegio Kate, por ser la futura monarca consorte de Inglaterra y sería la primera en comunicar la buena nueva, por delante de su cuñada.