Cercana, auténtica y sincera. Así se ha mostrado Kim Kardashian frente a su familia virtual en un vídeo para el canal de su marca de ropa interior Skims en el que desvela las consecuencias que ha padecido su cuerpo tras quedarse embarazada.
La mujer de Kayne West ha admitido que, durante la gestación de North y de Saint, sufrió preeclampsia, una afección muy peligrosa -tanto para la madre, como para el bebé- que se produce en las mujeres cuya presión arterial es alta.
Además, los doctores le diagnosticaron ‘placenta acreta’, lo cual impide por completo el parto natural y, aunque para la socialité «todo valió la pena» y «habría pasado por el mismo dolor y regreso por el resultado de tener a mis bebés», lo cierto es que los efectos secundarios la han llevado a someterse a cinco intervenciones quirúrjicas en año y medio con el fin de remediar los daños que ambos embarazos habían generado en su cuerpo y recuperarse, prácticamente, por completo.
Aunque la mayoría de las mujeres con preeclampsia dan a luz a bebés sanos, es un trastorno que atañe al 7% de los partos en los Estados Unidos de América. Queda claro que Kim es una mujer más y, como tal, es vital que de voz a cuestiones como esta:
«Estoy muy agradecida por mis hermosos hijos, no importa cómo vinieron a mí, vinieron a mí», reconoció.