La vida de Mercedes Milá dio un giro de 180 grados cuando, en 2016, dejó de conducir ‘Gran Hermano’, «el programa de su vida». Años más tarde, falleció su madre y la realidad de la presentadora con «más lovers» de nuestro país quedó prácticamente destruida.
Haciendo gala de su carisma y naturalidad, a la catalana no le importó poner nombre a aquella complicada coyuntura que le rodeaba y contra la que luchaba:
«Tuve un desgaste de mi cerebro, un desgaste de estrés, un desgaste muy profundo, que me hizo saber lo que es la hiel de la depresión«.
Ella jamás perdió la esperanza por curarse y así quiso hacérselo saber a sus seguidores:
«Lo que le quiero decirle a la gente es que hay solución. Con química, psiquiatría -porque yo voy a una psiquiatra- y no tengo pudor en decir que esta persona me está ayudando«, confesó.
Meses después, la autora de ‘Lo que me sale del bolo’ ha vuelto a pronunciarse al respecto; lo ha hecho a través de su perfil de Instagram, donde cuenta con miles de seguidores:
«Estoy mejor, los que estáis en tratamiento sabéis las ganas que tenemos de quitarnos las pastillas los que hemos estado mal (…) Estoy descubriendo el yoga, teatro en inglés… También he probado el swing. Mi profesor Gastón es maravilloso. La verdad es que me sentí muy cómoda y avanzamos bastante. Podía parecer hasta que sabía. Ahora estamos preparando un baile un poco más largo con pasos más complicados…».