Es, además de uno de los tonos primarios, símbolo de nobleza, poder, pasión y, en algunas culturas asiáticas, de felicidad. Según revela la psicología de los colores (que analiza la influencia de estos en la percepción y la conducta humana), el rojo es capaz de atraer el interés de la retina por encima de otros tintes y tanto Meghan Markle, como la Reina Letizia lo saben. Ambas (además de otras celebridades de renombre como Rosalía, Shakira, Celine Dion o Úrsula Corberó) han escogido en numerosas ocasiones lo que en el diario La Razón denominan como el pigmento «más caliente y visceral de todos los colores que conforman la paleta cromática» y la última en hacerlo ha sido la esposa del hijo menor de Diana de Gales.
El ya popular color fetiche de nuestra monarca consorte (en todas sus versiones) ha protagonizado la última elección de Meghan, que acudió al concierto benéfico del Cuerpo de Marines Reales, el ‘Mountbatten Festival of Music’ (en el Royal Albert Hall de Londres), con un espectacular modelo con falsa capa firmado por SAFiYAA (1.500 euros) que combinó con clutch (Manolo Blahnik), stilettos (Stuart Weitzman) y pendientes (Simone Rocha) en monocromo.
Una vez más, el matrimonio más popular del Reino Unido (más conjuntado que nunca) vuelve a hacer acto de presencia (en su penúltima aparición como ‘royals senior’) para demostrar que el amor todo lo puede y que apostar la integridad al rojo es vencer siempre.