La llegada de Victoria de Marichalar a la Feria de Abril no ha pasado inadvertida este 2025. La hija de la infanta Elena ha vuelto a reafirmar su presencia como uno de los rostros más reconocidos del panorama social en Sevilla, ciudad que estos días late al ritmo del flamenco, el bullicio y la tradición. Su aparición a caballo, vestida con un impecable traje de amazona, ha sido uno de los momentos más comentados en el arranque de la feria, donde la aristocracia y la juventud se mezclan entre farolillos y música.
Un look de amazona que marca tendencia
Lejos del clásico traje de flamenca, Victoria Federica —como es conocida socialmente— ha apostado por un estilismo ecuestre que ha captado todas las miradas. Su elección: una chaquetilla corta gris decorada con detalles en negro, camisa blanca y una amplia falda a tono. El conjunto se completaba con un sombrero negro y el pelo recogido en moño bajo, siguiendo los cánones del atuendo tradicional de amazona. Esta apuesta no solo resalta su elegancia sino también su vínculo personal con el mundo del caballo, una afición que mantiene desde niña.
El maquillaje marcado y los complementos discretos han subrayado su estilo sofisticado pero sencillo, alejándose del exceso para dejar todo el protagonismo al conjunto. La elección no es casual: cada año son más las mujeres que optan por este tipo de vestimenta en el Real, reivindicando la tradición ecuestre femenina.
Borja Moreno: una relación consolidada
Si su imagen cautivó a los asistentes, la compañía lo hizo aún más. Borja Moreno, director comercial del Grupo Sounds, ha sido el acompañante inseparable de Victoria durante esta edición. La pareja ya había oficializado su relación días atrás durante las semifinales del Mutua Madrid Open, pero en Sevilla han mostrado una complicidad evidente, intercambiando gestos cariñosos y compartiendo confidencias ante los fotógrafos.
El entorno festivo ha servido como escenario perfecto para consolidar su historia sentimental ante familiares y amigos. Entre los acompañantes también se encontraba el influencer Tomás Páramo y otros miembros del círculo más cercano de Victoria, lo que subraya el ambiente distendido y juvenil que caracteriza las celebraciones.
Tradición, modernidad y vida social
La presencia de Victoria Federica en la Feria de Abril es ya una tradición tan esperada como el encendido del alumbrado o la cena del pescaíto. No solo representa la continuidad de una saga familiar muy vinculada a las costumbres sevillanas, sino también el reflejo del equilibrio entre tradición y modernidad que define a las nuevas generaciones aristocráticas.
Entre sus actividades destacadas estos días no han faltado las visitas a casetas emblemáticas ni los paseos a caballo por el Real. Antes incluso del arranque oficial, se dejó ver por bares típicos como La Bodeguita Antonio Romero, donde compartió imágenes degustando clásicos como El Piripi en sus redes sociales.
El papel mediático y su conexión con el público joven
La figura mediática de Victoria Federica va más allá del apellido real. Su presencia genera expectación allí donde va —la Feria no es excepción— y cada detalle es analizado tanto por prensa tradicional como por plataformas digitales. La joven combina agenda institucional con vida social, colaboraciones en moda y una notable actividad en redes sociales, donde comparte momentos cotidianos que conectan especialmente con un público joven.
Su cercanía con otros rostros conocidos —como Cayetana Rivera o Lourdes Montes— refuerza esa imagen moderna pero respetuosa con las raíces. En este sentido, la Feria de Abril se convierte en el escaparate ideal para mostrar cómo conviven tradición e innovación en la alta sociedad española.
Un futuro prometedor
A medida que avanza la semana grande sevillana, todo apunta a que seguiremos viendo a Victoria Federica combinando compromisos sociales con momentos distendidos junto a Borja Moreno y su grupo habitual. La pareja parece haber encontrado un espacio propio dentro del bullicio mediático, mostrando naturalidad sin renunciar al estilo ni a las costumbres familiares.
En definitiva, Sevilla vuelve a ser testigo privilegiado del magnetismo social que despierta Victoria Federica: elegancia ecuestre, relaciones personales consolidadas y una manera única de reinterpretar la tradición bajo la luz cálida de abril.