MITOS SEXUALES

Sexo: Las 10 ideas erróneas sobre el amor y el erotismo

Uno de los más arraigados es que s i dos personas se aman de verdad, sus relaciones eróticas serán satisfactorias

Sexo: Las 10 ideas erróneas sobre el amor y el erotismo
Preguntas, dudas, mitos y falsedades. XY

Que hombre tiene más necesidades eróticas que una mujer es una mentira como una casa

Sobre el amor y la sexualidad existen aún muchos mitos, ideas erróneas que perjudican a muchas personas. 

Son esos «lugares comunes» que se repiten en cualquier conversación calentorra y que todos dan por buenos y válidos.

A veces por falta de información, otras veces por falsas creencias, muchas otras veces por tópicos irreales… Son muchas las formas en las que podemos estar equivocados en este tema, proyectando en nuestra vida sexual algunas expectativas o miedos que no veremos hechos realidad nunca.

Pero, ¿cuáles son los mitos falsos que tenemos en el terreno sexual tanto hombres como mujeres? Repasemos algunos de las mentiras más extendidas.

Pies grandes, pene grande. Existe desde siempre la creencia de que el tamaño del pie del hombre está ligado al de su miembro viril. No es cierto, o eso al menos han demostrado diferentes estudios y encuestas.

Sin orgasmo no hay placer. No cabe duda de que el orgasmo es la guinda de la relación sexual, unos segundos de placer intenso que no tienen igual. Pero comernos la cabeza buscando siempre el orgasmo como fin sólo nos reportará problemas. Lo importante es centrarse en el pequeño placer de cada caricia, cada beso o cada movimiento. Obviamente es preferible alcanzar el orgasmo, pero que o nosotros o nuestra pareja no lo consiga no tiene por qué ser indicativo de ningún problema.

El alcohol es el mejor lubricante. Muchas veces por nervios, otras por desinhibirnos, optamos por tomarnos un par de copas antes de una relación sexual. Pero tenemos que tener en cuenta que en alguna ocasión, sobre todo si nos pasamos con el número de copas, el alcohol puede ser contraproducente e incluso en el caso del hombre puede repercutir en la imposibilidad de una erección.

El sexo es el ejercicio definitivo. Los expertos señalan que una relación tipo, es decir, de entre 5 y 10 minutos, no se queman demasiadas calorías. La media estaría, dependiendo de nuestra postura y el esfuerzo físico realizado, entre 25 y 100 calorías, que equivaldrían al mismo tiempo montando en bicicleta.

Los juguetes sexuales son para insatisfechos. Nada más lejos de la realidad. Realmente, alguien que abre su mente para practicar a solas o en pareja con utensilios dedicados al placer sexual, tiene una mayor seguridad a la hora de saber qué es aquello que les gusta y qué no. Por lo tanto de insatisfacción nada.

Una mujer sin himen tiene que ser virgen. El himen no sólo se puede perder durante nuestras primeras experiencias sexuales. La práctica de algún deporte como el ciclismo o la hípica también pueden hacer que desaparezca. Y también se sabe que hay muchas mujeres que nacen sin el.

El porno es sólo para hombres. Es posible que esto fuera cierto hace 30 años, pero los tiempos han cambiado y mucho. Los principales portales de vídeos para adultos han señalado durante los últimos años el creciente número de mujeres que disfrutan del porno. Hoy día, una de cada tres personas que accede a estos sitios web son mujeres.

Las mujeres experimentan más que los hombres. Dos chicas heterosexuales que disfrutan de una relación puntual no es sólo una fantasía masculina, sino que además es tan usual como lo es una relación entre dos hombres hetero.

La vida sexual acaba a los 40. Ni mucho menos. De hecho, hemos sabido hace poco que tanto los hombres como las mujeres llegan a su esplendor sexual en esta década de nuestras vidas, en parte porque somos más sabios y sabemos perfectamente qué nos excita y qué no.

Si el hombre no se excita, tiene un problema de disfunción. La disfunción erectil puntual, es decir, que el hombre no sea capaz de mantener una erección en el acto sexual, es algo común. Y en la mayoría de los casos no es un problema físico, sino mental. El estrés, el cansancio, los problemas o preocupaciones son en ocasiones suficiente motivo para que él no se excite.

Resumiendo:

la idea fundamental que subyace a muchos de estos mitos es que si dos personas se aman las relaciones eróticas entre ellos serán satisfactorias y que en pareja nadie necesita fantasías, ni masturbación, ni nada adicional al amado o amada para ser feliz. Se descarta incluso la posibilidad de que existan atracciones fuera de la pareja o que se mantengan fantasías eróticas que no trasciendan ni el límite de la imaginación.

La sociedad nos enseña, una y otra vez, con machacona insistencia, que el amor auténtico conduce inevitablemente a una auténtica amatoria (erótica compartida) absolutamente satisfactoria.

De la misma manera, nos dice que basta con amar para que la relación de pareja funcione y que, además, ninguna persona necesita nada más. No estaría de más situarnos en posiciones más realistas, para después no frustrarnos. Y también para prevenir y gestionar de forma más efectiva las dificultades.

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