Tridevil no se anda con chiquitas. La famosa norteamericana, que asegura haberse implantado un tercer seno, acaba de ser acusada en ‘Mirror‘ por el joven de 18 años Michael Squier de haberle torturado de lo lindo durante un encuentro sexual.
Según su testimonio, todo empezó tras entablar con Alisha Hessler, -que así se llama la mujer de 21 años-, una serie de chats ‘calientes’ por Internet.
Tras intercambiar sus preferencias en materia sexual, decidieron concertar una cita nocturna en Tampa, Florida. Y ahí empezó la pesadilla…al menos para él.
HUMILLACIONES
El bueno de Squier se las prometía muy felices a su llegada a la casa de Tridevil. La primera sorpresa, -siempre según su testimonio-, fue que en vez de irse a la la cama como mandan los cánones para ese tipo de menesteres y como paso previo al sexo, acabó a la fuerza en la caseta del perro:
«Me puso un collar canino al cuello con la inscripción ‘esclavo’. Yo no sabía de qué iba la cosa, así que le seguí el juego hasta que la cosa pasó a mayores».
Las horas siguientes fueron las peores de su vida: golpes, insultos y amenazas de muerte:
«En un momento dado comenzó a tatuarme el pecho con un cuchillo. Quería estamparme su nombre. No paraba de gritar cuando lo hizo. No paraba a pesar de mis gritos. Me llamaba maricón».
TIRÓ LA TERCERA TETA AL SUELO
El momento ‘álgido’ del encuentro, sin embargo, llegó cuando el chico trató de tocarle la tercera teta, en un intento quizás de que apaciguar los ánimos mal entendidos, aunque ella reaccionó fatal:
«Tiene múltiples prótesis, porque se manchan y no quiere lavarlas; están llenas de grasa sucia y se las pega con algún tipo de pegamento. Pensé que eran reales, pero siempre fui escéptico porque no me dejaba tocárselo y se quejaba todo el tiempo diciendo que le dolía. En un momento dado se dio la vuelta, hizo un movimiento y se sacó el seno extra y lo tiró al suelo».
Tridevil ha cogido un cabreo de cuidado tras estas declaraciones. Desde su página de Facebook dice que todo es mentira: «Es todo ridículo».
