Se pasó ya 8 y 12 semanas en libertad condicional por violar la orden
Caroline Cartwright, de 53 años, se ha pasado literalmente por el forro la restricción judicial de una corte británica que le prohíbe gritar a todo pulmón durante el coito.
La sentencia se dictó en el 2010 después de las quejas contantes de sus vecinos, aunque ella ha vuelto a la carga con más ímpetu que nunca, anunciando que no piensa renunciar a su derecho a dar rienda suelta a sus «necesidades» por mucho que pongan el grito en el cielo sus escandalizados denunciantes.
EN LIBERTAD CONDICIONAL
Cartwright se pasó ya 8 y 12 semanas en libertad condicional por violar la orden, y ha vuelto estos días a los tribunales para expresar su derecho a tener «sexo libre» con su esposo de 38 años, tal y como informa ‘Mirror‘.
«No entiendo por qué la gente me pide que guarde silencio cuando para mí es una situación normal».