Los que dijeron que no aportaron una excusa...
¿Qué crees que haría un hombre si una desconocida se le acercase en la calle y le ofreciese tener sexo con ella? (Han inventado ya un botón que te avisa cuando tu pareja quiere tener sexo)
Esa es la pregunta que se han planteado desde el canal de YouTube «Whatever» y a la que han dado respuesta con un curioso experimento social que se ha vuelto viral en pocos días (Vídeo: Pareja tiene sexo en un supermercado y son pillados por las cámaras de seguridad).
Independientemente de la esperéntica forma en que se ha llevado a cabo este investigación (preguntando en medio de la acera a los sujetos) lo cierto es que los resultados que arroja son llamativos pues, de 100 «entrevistados», 70 se negaron y 30 aceptaron (Éstas son las ciudades donde mejor se practica el sexo).
A SACO
En sus palabras, la forma de llevar a cabo el estudio será de lo más sencilla: acercarse a un hombre que esté solo en plena calle y, tras saludarle, preguntarle si quiere practicar sexo con ella.
A su vez, en el corto se recuerda que se hizo una investigación similar hace algunos meses en el que el protagonista era un chico que, tras ofrecer sus favores sexuales de forma gratuita a 100 mujeres, solo obtuvo 2 consentimientos (uno de ellos, de una prostituta).
Con estos precedentes en la mochila, Wendel y otras chicas comienzan su investigación de campo por las calles de Estados Unidos con el objetivo de hacer la pregunta a un centenar de sujetos.
El experimento
Durante el experimento, las protagonistas se encontraron con respuesta de todo tipo, aunque si hay una que se repitió hasta la saciedad fue la siguiente: «¿Pero… de verdad?». Con todo, abundaron los «Claro» y los «Por supuesto» de aquellos que no dudaron ni un segundo (30 en total).
Los 70 restantes se negaron, aunque no todos de la misma forma. A algunos, tras pensárselo, les pareció demasiado extraño el ofrecimiento mientras que, por el contrario, otros se limitaron a señalar que tenían novia.
Entre aquellos que respondieron de forma más extraña destacaron varios «conejillos de indias» que, tras recibir el ofrecimiento, preguntaron si tenían que pagar por ello e, incluso, un hombre que se indignó ante la pregunta y se alejó enfadado.
Con todo, desde la Red se ha hecho hincapié en que a la mayoría de los hombres a los que se les planteó la interrogante no se limitaron a decir que no, sino que aportaron además una excusa. Casi como si tuvieran que pedir disculpas por no rechazar el ofrecimiento.
