Grabado en una tienda de Uniqlo, Pekín, "enfrenta a los valores socialistas esenciales"

El vídeo del gafotas y su novia teniendo sexo en un probador que puso en alerta al Gobierno chino

La Administración del Ciberespacio de China (CAC) condenó a las dos principales empresas de Internet del país, por permitir que se difundiera sin control

El vídeo del gafotas y su novia teniendo sexo en un probador que puso en alerta al Gobierno chino
Escena del vídeo PD

El, vestido de negro, con sus gafas puestas y un teléfono móvil apuntando a un espejo.

Ella, totalmente desnuda delante de él. Tuvieron sexo y lo grabaron en un vídeo de un minuto que se hizo viral en apenas horas.

El dato llamativo: fue dentro de un probador del local principal de la empresa de indumentaria japonesa Uniqlo en la capital china.

Y entonces, el régimen comunista, indignado porque el video que vieron millones de chinos «enfrenta los valores socialistas», mandó a la policía a investigar a los responsables.

El dato llamativo: fue dentro de un probador del local principal de la empresa de indumentaria japonesa Uniqlo en la capital china.

Entonces, el régimen comunista, indignado porque el video que vieron millones de chinos «enfrenta los valores socialistas», mandó a la policía a investigar a los responsables.

El vídeo se hizo viral en las redes sociales más populares de China, Weibo y WeChat, anteayer, el mismo día en que comenzó a circular. Al día siguiente, la Administración del Ciberespacio de China (CAC) condenó a las dos principales empresas de Internet del país por permitir que el video se difundiera sin control. Hoy ya era difícil encontrarlo en la red.

«El vídeo vulgar se extendió como un virus online y se enfrenta a los valores socialistas esenciales»,

cuestionó a través de un comunicado Xu Feng, director de la CAC, según el diario Global Times.

El gobierno «continuará tomando fuertes medidas contra los materiales vulgares en Internet y para proteger el medio ambiente cibernético», prometió Feng.

INVESTIGACIÓN

Según se supo, la policía de Pekín lanzó una investigación para saber quiénes son los responsables del video y cómo llegó a Internet.

Las autoridades chinas hasta esgrimieron que todo puede ser parte de una campaña mediática de Uniqlo, algo que fue rechazado de plano por la compañía japonesa, con presencia en 14 países.

Uniqlo negó cualquier implicación en la grabación y aprovechó para recordarles a los clientes que deben «cumplir con la ética social, mantener la justicia social y usar los probadores proporcionados por las tiendas Uniqlo correcta y adecuadamente».

Además, mientras la CAC afirmó que los

«los usuarios [chinos] de Internet están muy preocupados y condenan enérgicamente los actos»

reproducidos en el video, la realidad muestra otra situación.

El local de Sanlitun, el más conocido de Uniqlo en Pekín y donde ocurrió el hecho, se llenó de personas que quieren conocer los probadores e incluso se sacan selfies en la puerta. Hasta venden por Internet remeras que conmemoran el video.

El código penal chino establece que las personas que producen, copian, publican, venden o difunden material pronográfico por motivos comerciales pueden enfrentar hasta diez años de prisión.

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