Está de moda: desnudar en China a las mujeres que ponen cuernos a las entregadas esposas.
Una de las últimas víctimas de tales venganzas callejeras, -reprobables en grado sumo-es una joven que vende salchichas y embutidos en Changsha, según relatan varios testigos a diversos medios locales.
A LA SALIDA DEL TRABAJO
La traicionada esposa la esperó con unas amigas a la salida del trabajo, y le propinaron una brutal paliza a base de patadas, bofetadas y estirones de pelo, todo ello con el ya clásico ‘despojamiento’ de ropas: sujetadores y bragas preferiblemente.
La atacada poco puede hacer más que salvaguardar sus partes púdicas, -no lo consigue con sus pechos- mientras le dedican improperios de lo más variado.