La lamentable escena nos llega, cosa ‘extraña’, desde China, donde una iracunda y cornuda esposa, -con la ayuda de su mejor amiga-, le da de bofetadas a un aturdido travesti en mitad de la calle.
Ante numeroso público, que no hace nada más que filmar el evento, sujetan ambas a su víctima -que a duras penas se sostiene sobre unos llamativos zapatos rojos- poniéndole los brazos en cruz, mientras le dan sonoras bofetadas y bolsazos.
NO PIENSA EN OTRA COSA
Entre descanso y descanso, le espetan que por su culpa el marido se ha vuelto «maricón» ya que, a su juicio, tras haber mantenido contacto anal con ‘ella’ ya no piensa en otra cosa.
El aludido decide acercarse al trío cuando cesan las tortas, aunque sus intentos tienen poco éxito, a pesar de que trata de hacerlas ver que está quedando en un ridículo espantoso.