Si hace escasas jornadas eran unas lesbianas las que protagonizaban esta sección, -tocando penes por primera vez en su vida entre grititos de sorpresa-, hoy le toca el turno a la parte contraria, es decir, a unos gays. (Así reaccionan estas lesbianas al tocar un pene por primera vez: «¡Se siente duro!»).
Ataviados con unos guantes, quizás para hacer menos traumática la situación y por supuesto por una mera cuestión de higiene, los voluntarios se sitúan frente a las piernas abiertas de una dispuesta y risueña joven, que se deja sobar entre gemidos de temor y aspavientos de toda índole.
Y es que los protagonistas no habían tocado jamás hasta ahora semejante parte, por lo que es comprensible su escandalosa actitud.