El caso es tener salud, que las ganas vienen solas

Sexo: las 4 mejores posiciones para hacérselo en la cocina

No quemarte, cortarte o hacerte daño y si consigues eso, el morbo está asegurado

Sexo: las 4 mejores posiciones para hacérselo en la cocina

Como dice el viejo refrán español, ‘el caso es tener salud, que las ganas vienen solas’ (Un dirigente político propone una hora de descanso laboral para tener sexo ).

Y si te llegan en un lugar como la cocina, tienes que estar preparado o por lo menos enterado (Sexo: Los 10 errores más comunes de los hombres en la cama).

Y tomar ciertas precauciones.

Imagina que estás cocinando tranquilamente pero el horno no es lo único que está caliente en la habitación, ¿qué puedes hacer?

Lo primero, si vas a hacer el amor en la cocina, es intentar no quemarte, cortarte o hacerte daño, si consigues eso, el morbo está asegurado.

Un beve manual:

  • La prisión
    Vas a convertir tu cocina en una fría mazmorra. O al menos es lo que tu pareja debe sentir. Coge el papel film y ata sus muñecas a las asas del frigorífico. Coge la paleta con la que cocinas y utilízala para dar azotes en el culo (cuidado con la fuerza, esto tiene que ser un juego, no una tortura). Puedes coger hielos del congelador y pasarlos por el interior de los muslos. Si sois muy valientes, también puedes coger unas pinzas (con las que sueles cerrar las bolsas o paquetes que no has acabado) y poner una en cada pezón. Este juego «torturador-esclavo» os pondrá a tope.
  • Banana Split
    No hablamos del postre que consiste en un plátano abierto a lo largo con tres bolas de helado y crema de leche batida por encima, aunque se asemeja en algunos puntos. El hombre debe sentarse en un taburete en medio de la cocina, de espaldas a la isla o a la encimera. Puedes coger nata, leche condensada o cualquier sustancia sabrosa que tengas por ahí echándola en el pene para que al lamerlo adquiera ese sabor. Si no quieres ensuciar mucho, coge el papel de cocina y ponlo debajo vuestro para que todo lo que chorree (si no sois muy ansiosos y os lo coméis todo), no ensucie y se quede en el papel. Podéis cambiar de rol cuando queráis. Compartir es vivir.
  • ​La camarera
    Si tenéis una isla en la cocina, el juego es mucho mejor; si no, podéis imaginarla o crearla con dos sillas. Ella o él, nunca se sabe, debe apoyarse en el supuesto «mostrador» como si estuvierais en un restaurante. Imaginad que el que está apoyado en la barra es el camarero y atiende a los clientes. Es ella quien va a despachar, él cogerá otro taburete, se sentará y la penetrará mientras ella se apoya. Obtendréis placer máximo por la profundidad y además debéis continuar con el juego. ¡Ella está trabajando!
  • Buffet libre
    Esta es la más sencilla. Cualquiera de los dos puede tumbarse sobre la encimera (si es grande claro). Puedes colocar fruta o dulces en las diferentes partes del cuerpo de tu pareja. Sin utilizar las manos ve comiéndolos y disfrutando de las partes que hayas elegido. Recuerda que solo puedes cogerlo con la boca.

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