El origen profesional de las hermanas está en la natación. Empezaron a nadar a los 10 años y rápidamente llamaron la atención de los cazatalentos, que les abrieron las puertas del centro de tecnificación en el que completaron sus estudios sin descuidar sus entrenamientos.
Pero sus objetivos deportivos cambiaron cuando se quedaron fuera de los Juegos Olímpicos de Pekín. Así lo recuerdan ellas: «Teníamos 20 años y la idea de esperar cuatro años más para intentar ser olímpicas se nos hacía muy cuesta arriba. La natación es un deporte que requiere un nivel de sacrificio brutal. Así que optamos por dejarla y encauzar nuestra carrera profesional hacia otros derroteros», cuentan a El Mundo.
Y así pasaron de ser las gemelas más famosas de la natación nacional a expertas en el mundo del fitness, encarnando una forma de entrenar que ha conquistado a miles de personas. El objetivo de las Pin es que sus alumnos «se diviertan durante el camino que han de recorrer para llegar a su destino que siempre ha de ser incorporar la actividad física a la vida cotidiana como un hábito saludable más».
Instagram es el soporte en el que muestran su rutina de ejercicios diaria. También en la red social comparten fotografías durante sus vacaciones o de su día a día. Esther y Gema presumen de una figura cuidada y fibrosa que sueñan con conseguir todos aquellos que siguen sus impresionantes publicaciones.
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