Dado el éxito de este juguete sexual entre el público femenino la empresa se hizo la pregunta de por qué no también hacer un modelo destinado al placer masculino.
La autosatisfacción entre los hombres y su consuelo solitario, suele ser algo tremendamente asumido por nuestras sociedad desde tiempo remotos, por lo que la posibilidad de enfocar un producto así, como extra, a esa prácticas onanistas, tampoco parecía en su origen una mala idea.
El Satisfyer basa su éxito en la satisfacción inmediata que produce al crear una expectativa real de algo bueno que estar por llegar.
Cada vez son más las personas y parejas que apuestan por incluir nuevas formas de pasarlo bien y disfrutar con sus encuentros sexuales y/o amorosos. Y aunque los hombre se interesan cada vez más por este tipo de juguetes, lo cierto es que todavía falta mucho camino por recorrer para estar a la misma altura de su uso por parte se mujeres. Pero demos tiempo al tiempo.