Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer; es el caso de Joaquín Sánchez y su esposa, Susana Saborido. Casados desde 2005 y con dos hijas en común, Daniela (14 años) y Salma (10 años), comparten valores familiares, sentido del humor y campechanía. Susana ha acompañado al capitán del Real Betis Balompié a lo largo de toda su andadura sobre el verde, pero también hace lo propio a diario con las chanzas e inocentadas que perpetra el centrocampista más divertido de nuestro fútbol.
Sin embargo, Susana no es una WAG al uso. Con poco más de sesenta mil seguidores en Instagram, es una despreocupada confesa del ‘postureo’, la cara opuesta a otras novias y mujeres de compañeros de su marido, que acumulan decenas de miles, e incluso millones, de followers. Su discreción y sencillez también se plasma en la órbita virtual, donde acostumbra a compartir instantáneas familiares, paisajes y posados con sus amigas.
Sus posts denotan ternura, complicidad, amabilidad, pasión por los suyos y hasta denuncias y reclamos sociales de interés general, pero, pese a que no dé prioridad a la forma, el fondo revela mucho sobre sus gustos e inclinaciones. A Susana le gustan las firmas de lujo, donde adquiere prendas y complementos que luce en las ocasiones más especiales. Según revela SEMANA, en su armario pueden encontrarse piezas exclusivas de marcas como Fendi, Chanel o Louis Vuitton.