Cuando, hace más de cinco años, Nagore Robles decidió someterse a una rinoplastia por motivos rigurosamente estéticos, jamás hubiera imaginado las dramáticas consecuencias y secuelas que su paso por el quirófano tendrían para su salud: lo que prometía ser una intervención simple y prácticamente rutinaria, terminó por convertirse en la peor pesadilla de la colaboradora. Aunque admite que, a día de hoy, todavía le cuesta «mucho» abordar el tema, ha sacado fuerzas para hacerlo con sus seguidores.
“Cuando yo decidí operarme la nariz, la intervención iba a ser muy sencilla, ya que solo me tenían que tocar el cartílago, pero me desperté con la cara prácticamente negra, la nariz rota y llena de moretones. El cirujano había decidido limarme la nariz y romperme el tabique”, confesaba hace unas horas en sus stories de Instagram.
Pese a que «el fallo estético» le angustia y le «traumatizó mucho» en su día, ha explicado que lo peor es que «hay una zona por la que apenas puedo respirar y eso me supone dolor de cabeza y dolor de garganta», pues «lo hizo tan mal, que me debió el tabique».
«Si tomáis la decisión de operaros, quiero aconsejaros de que os informéis bien de todo lo que puede pasar, porque, una vez que entras en un quirófano, no sabes como vas a salir», ha recomendado al millón de personas que siguen a diario sus pasos en la órbita virtual.
