No cabe duda de que el verano de 2020 está siendo uno de los más especiales para Alice Campello, pues está viviendo, junto a Álvaro Morata, la dulce espera de Edoardo, su tercer hijo varón, cuya llegada está estimada para finales de año.
Tras nacimiento de Alessandro y Leonardo en julio de 2018, el matrimonio quiso ampliar la familia, y, ahora, con su futuro personal perfectamente esbozado y zanjada la temporada más atípica de la carrera del delantero rojiblanco, han decidido escaparse a Cerdeña para disfrutar y saborear sus largas playas de arena blanca e inconfundibles interiores montañosos. Allí nos encontramos.
La modelo, que luce un favorecedor bikini amarillo y no olvida la sonrisa en el rostro como el mejor de los complementos, me menciona que, gracias a Morata, a quien define como «el mejor papá y marido del mundo», ha encontrado un hogar en Madrid, pero admite que conocer nuevos lugares es una de sus grandes pasiones.
En esta ocasión, se decidieron por Cerdeña por la «libertad» que siente al contemplar sus «hermosos» paisajes y la comodidad que supone para los pequeños. ¿Comodidad?, le pregunto mientras pedimos un plato de pasta en un peculiar chiringuito ubicado en la Cala di Volpe, y la respuesta es afirmativa.
Alojados en Villa Shama, una estancia de lujo
Siguiendo en la línea del minimalismo y confort que fascina a Campello, apostilla que se han alojado en una lujosa estancia con vistas panorámicas al mar valorada en 9.150.230 dólares que recibe el nombre de Villa Shama y que está ubicada en una de las mejores zonas de Costa Esmeralda, en las colinas de Pevero, a escasos minutos del reconocido centro turístico de Porto Cervo. La vivienda, de estilo moderno y elegante, fue construida en 2014 y está completamente equipada.
«¡Viva Italia!», pronuncia con marcado entusiasmo pero sin elevar el tono en exceso nuestra protagonista, coincidiendo con la llegada de la comanda. Repasemos: platos, cubiertos, vasos, servilletas… ¡Lo tenemos todo para empezar a comer! Que así sea, pues. «Espera, primero una foto para Instagram», pienso yo.
A bordo de un exclusivo yate de Sorrento Luxury
La costa Rossa es un lugar perfecto «para desconectar antes de volver», puntualiza en ese momento del coloquio Morata, que tampoco oculta «las ganas increíbles de lo que viene». Se referirá a la Champions League, recapacito yo, que en ese instante estaba inmersa en conocer todos los detalles del exclusivo yate con el que han paseado por las aguas color turquesa de Porto Cervo, al norte de la isla.
Es entonces cuando decido consultarle (a Alice) mis dudas. Ella considera que la autonomía que te da una embarcación así es uno de sus puntos fuertes. Además, me habla de la empresa que han contratado: Sorrento Luxury, una compañía que oferta viajes y excursiones en barco para «sentir la aventura de una vida en el Mediterráneo».
«¿Se habrán gastado un pastizal o será colaboración?», dudo, y lo hago con fundamento porque no hacen más que mencionar a la citada empresa en cada post de Instagram. Pero qué más da, si esto sirve para que Alice se olvide por un momento de «las náuseas, el malestar general y el cansancio» que abunda últimamente en su día a día, según comentó el deportista horas antes, ya merece la pena.
Pagamos la cuenta y terminamos nuestra cita sobre la arena. «Poneos juntos y sonreíd, que os saco una foto», les digo. Alessandro y Leonardo no paran de jugar, el jefe de la casa trata de poner orden y Alice sonríe. Al final lo conseguimos. Es, sin lugar a dudas, la imagen de la unión y del «loco amor» de los Morata-Campello. ¡Hasta pronto!
(Este texto está parcialmente ficcionado y literaturizado, de modo que las frases directas atribuidas a los protagonistas están extraídas de fragmentos que ellos mismos han compartido y hecho públicos a través de la Red).
