EN 'EL HORMIGUERO' CON PABLO MOTOS

Enrique Ponce y Ana Soria aparecen en televisión y el resultado catastrófico encumbra a Paloma Cuevas

El torero y la estudiante de derecho salen juntos desde 2020 y su noviazgo provocó la ruptura entre el diestro y la madre sus hijas

Enrique Ponce y Ana Soria en 'El Hormiguero' con Paloma Cuevas.

Enrique Ponce y Ana Soria dejaron a la mayoría de los espectadores de El Hormiguero en su edición del 23 de mayo de 2023 con sensación de vergüenza ajena. Nadie tenía muy claro qué hacían allí, pero Pablo Motos estaba encantado de contar que un bombazo en el mundo del corazón: la primera visita de la pareja a un plató. Claro que el leit motiv de gran parte de la entrevista era, precisamente, criticar la supuesta persecución a la que la prensa rosa les sometía. «Nadie me conoce de verdad», alegaba Ana Soria. Un lamento que recordaba al de algunos profesionales del espectáculo cuando critican que su vida privada importa más a los medios que su carrera. Claro que la eterna estudiante de derecho (al final Chabelita se le va a adelantar) ni canta ni baila y su único interés radica en su historia de amor con el torero.

Además, al pareja se sentaba ante Trancas y Barrancas después de meses de invierno mediático. Fueron la noticia más impactante a orillas del lago rosa en 2020 y alargaron su interés exhibiéndose en redes sociales haciendo las chorradas de rigor para una celebritie. Eso sí, Ana Soria dejó claro que ella no quería ser influencer profesional. El abandono de las redes vino por petición de las hijas del diestro fruto de su matrimonio de más de veinte años con la socialité Paloma Cuevas, cuyo nombre no apareció ni una sola vez en toda la entrevista. Para la historia quedan imágenes del diestro montado junto a su joven novia en un cocodrilo hinchable en el verano de 2020. Casi tanto como aquella en la que el matador dibujó con su pie una ‘A’ en el albero.

Así se manifestó Ponce sobre la mujer con la que comparte su vida:

«Ana es la mujer de la que estoy enamorado locamente por muchísimas cualidades humanas que ella tiene. Podría estar enumerando aquí… Pero hay una que para mí sobresale por encima de todo y es el corazón tan grande que tiene, lo buenísima persona que es. Siempre está más preocupada por los demás que incluso por ella misma. Y luego también es muy fuerte, tiene una gran fortaleza, porque ha sabido soportar muy bien las injurias y las calumnias de alguna gente que sin conocerla la ha juzgado por el mero hecho de haberse enamorado de mí. La verdad es que todavía la quiero más».

Hablaron de cómo empezó todo

El diestro y la estudiante contaron ante la audiencia cómo se habían conocido. Eso sí, de la forma más edulcurada posible. Así empezaba el de Chivas a recordar:

«Yo fui a torear a Almería y estando en el callejón la vi en el tendido. Entonces le pregunté a un amigo de Almería que estaba conmigo en el callejón si la conocía. Y me dijo: ‘Claro, sí la conozco, es hija de un amigo mío, es hija de Federico’. Le pregunté cómo se llamaba, me dijo su nombre y hoy en día la verdad que es muy fácil encontrar a la gente, así que la busqué en Instagram y la encontré».

Pone las banderillas Soria:

«Yo al principio estaba confundida, porque no me imaginaba que me estaba mirando a mí, pero yo iba con una amiga que me dijo: ‘Pues yo creo que sí te está mirando a ti’. Y hubo un momento que cruzamos ya miradas. Yo lo evitaba al principio, porque me daba como vergüenza y no me creía que me estaba mirando a mí, pero hubo un momento en el que ya cruzamos miradas y en ese momento sentí algo especial. Cuando me miró, el mundo se paró ahí. Tuve una sensación que nunca había tenido»

Lo que no contaron es que las primeras imágenes de ellos juntos datan de enero de 2020. Fue después de mucho investigar, cuando periodistas descubrieron la cronología de la pareja. Claro que, nunca mejor dicho, a toro pasado todo son señales. Luego llegó el confinamiento que Enrique pasó con su mujer Paloma y con sus hijas y tras la desescalada él corrió a los brazos de Ana Soria para disgusto de Cuevas que tuvo que aprender a gestionar un cambio radical en su vida familiar.

Paloma, presente por omisión

Una de las condiciones de Ponce-Soria para sentarse en el plató de Antena 3 es que el nombre de Paloma Cuevas no sobrevolase sobre. Como si la mujer con la que compartió 24 años de matrimonio no existiese. Desde el principio la reacción de Paloma Cuevas fue radicalmetne distinta. Mientras la nueva pareja pasaba (o bailaba) por TikTok y demás territorios poco seguros su felicidad, Paloma se centró en el cuidado de su padre el ganadero Victoriano Valencia y dio la callada por respuesta.

Al rededor de ella se iban tejiendo todo tipo de rumores: la dificultades que según algunos ponía a la firma del divorcio (luego supimos que no era ella culpable del retraso), un rumor absurdo de vuelta al redil por parte del diestro y, cómo no , nombres con los que se le relacionaba. Una empresario mexicano y un médico fueron los nombres que más se repitieron.

Paloma Cuevas y Luis Miguel.

Paloma Cuevas y Luis Miguel.

Ella siempre respondió con el silencio. Un mutismo que rompía cada cierto tiempo en su revista de cabecera, ¡Hola!, con la excusa de algún reportaje de moda con alguna de las múltiples firmas con las que colabora.

Ni siquiera Paloma confirmó de su boca su relación con el cantante Luis Miguel. ‘El sol de México’, gran amigo del matrimonio Ponce-Cuevas, vive ahora instalado en Madrid junto a Paloma y, dicen los que los tratan, que la relación con la madrileña ha sido un auténtico bálsamo para él. El beso que confirmó su amor dio la vuelta al mundo y fue una de las exclusivas mejor pagadas de la prensa del corazón en un momento en que los scoops cotizan a la baja. No olvidemos que Luis Miguel es una estrella internacional. A nadie le extrañaría que la boda estuviese más cerca que lejos. Cuentan, además, con la aceptación de las hijas de Paloma. Algo que Ana Soria parece no tener a su favor.

Paloma y Ana Soria son dos generaciones distintas en la forma de entender la fama. La exhibición constante en las redes para alimentar una atención que desaparece con la misma energía que llega frente a cultivar el misterio y monetizarlo. El siglo XXI ha venido a descubrir que los mayores mitos del couché se desinflan en cuento tienen un cámara y un micrófono delante. Eran imágenes perfecto cuando eran estáticas y no hablaban. Sólo Isabel Presyler y Paloma Cuevas, por el momento, son las únicas en librarse del maleficio. De la faena de Enrique y Ana en El Hormiguero la que salió por la puerta grande fue Paloma y ni siquiera tuvo que ir a la plaza.

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