Un asesino con «handicap» 19


Elegantemente vestido, característica por la que era bien conocido entre las prostitutas de Ipswich, cuyos servicios procuraba a menudo, Steve Wright acudió este viernes a los tribunales de la ciudad para escuchar los cargos presentados contra él.

Se le acusa del asesinato de cinco mujeres que ejercían la prostitución en el «distrito rojo» de Ipswich, cuyos cadáveres aparecieron entre el 2 y el 12 de diciembre a las afueras de la población, algunos de ellos estrangulados.

Cuenta Emili J. Blasco en ABC que el desplazamiento de Wright a los juzgados fue seguido con expectación por parte de muchos vecinos de Ipswich. «Quien quiera que lo haya hecho es una persona malvada, debería merecer la muerte también», indicó el amigo de una de las víctimas.

La Policía se ha esforzado por evitar la crispación ciudadana contra Wright, recordando que la investigación aún no se ha cerrado. El hecho de que el otro posible autor de los asesinatos, Tom Stephens, de 37 años, haya sido puesto en libertad pero bajo fianza como cautela, indica que el caso aún ofrece muchas incógnitas.

Por su parte, los medios de comunicación han sido llamados a controlar sus enfoques porque, de acuerdo con la ley, no deben condicionar con sus informaciones el criterio del futuro jurado. Así lo ha recordado también el abogado de Wright, Paul Oster, quien ha indicado que su defendido «está llevando bien» una situación que a cualquier persona le podría crear un trauma.

De acuerdo con los testimonios aparecidos los últimos días, Wright es una persona muy reservada, pero apacible. Esto destacaban ayer quienes compartían con él su pasión por el golf en el Seckford Golf Club, al que Wright pertenecía desde hacía cinco años.

Con «handicap» 19, una marca no especialmente brillante, pero indicadora de que llevaba tiempo practicando ese deporte, a Wright le gustaba jugar vestido de negro, el color dominante entre las cuidadas prendas de su guardarropa.

Había acudido al circuito el pasado domingo, tres días antes de ser detenido por la Policía en su domicilio de Ipswich. En esa ocasión no jugó, sino que se limitó tomar un café en el club. «Parecía tranquilo y no denotaba nada anormal», señala un directivo de Seckford, del que también son socios diversos mandos policiales del condado, con los que Wright no parece haber tenido ninguna relación especial.

Robo del dinero de la caja
El «Daily Mirror» sugiere que su carnet iba a ser suspendido este mes al no estar al corriente del pago de la cuota de 70 euros mensuales. Una expulsión que no habría constituido ninguna novedad en su biografía, ya que había perdido diversos trabajos acusado por su patronos de robar dinero de la caja.

En la actualidad, Wright trabajaba como conductor de carretillas elevadoras. Veinte años atrás tuvo un empleo como camarero en el Queen Elizabeth 2, uno de los principales barcos de recreo británicos. Después regentó un pub y pasó por otras ocupaciones de corta duración.

Divorciado en dos ocasiones, desde hacía unos años vivía con una mujer llamada Pamela. Recientemente se mudó de la casa que compartía con ella, al parecer dejando a deber diversas facturas, y se trasladó a vivir a un domicilio limítrofe del «distrito rojo» de Ipswich, donde no está claro si también residía con la misma mujer.

Wright era conocido entre las prostitutas de la ciudad, a las que recogía después de llevar a Pamela a la empresa de atención de llamadas telefónicas donde ella hacía turno de noche.
Persona de menor confianza entre las mujeres que hacían la calle que el otro detenido ahora puesto en libertad, Wright tampoco levantaba especiales suspicacias.

No obstante, rastros de ADN localizados en los cadáveres de las tres últimas víctimas podrían haber llevado a su detención. Según la Policía, finalmente se han encontrado suficientes pruebas para inculparle.

Steve Wright, de 48 años, compareció ayer ante los tribunales acusado de la muerte de las cinco prostitutas de Ipswich. Según la Policía, finalmente se han encontrado suficientes pruebas para inculparlo

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