(PD / Agencias).- Al menos 22 personas han perdido ya la vida en las carreteras españolas durante el fin de semana del Puente de Mayo, 15 menos que el mismo periodo del pasado año. La operación especial de la DGT durará hasta la medianoche del miércoles, cuando se obtendrán los resultados definitivos.
Desde que se inició la operación especial de tráfico con motivo de la festividad del Día del Trabajador el pasado viernes a las 15.00 horas, un total de 22 personas perdieron la vida en 20 accidentes mortales que provocaron además heridas graves a 12 personas y leves a otras nueve.
La tarde del viernes se saldó con dos accidentes mortales en los que fallecieron dos personas y otras tantas resultaron heridas graves, mientras que otra resultó también herida leve.
Durante la jornada del sábado fallecieron ocho personas en otros tantos accidentes que provocaron además tres heridos graves y seis leves. La jornada más trágica fue la del domingo, cuando murieron 12 personas en 10 accidentes en los que además resultaron heridas graves siete personas y leves otras dos.
Dispositivo especial
Desde las 15.00 horas del viernes, la Dirección General de Tráfico (DGT) puso en marcha un dispositivo especial para regular la circulación. El operativo se extenderá hasta la medianoche del miércoles, festivo en la Comunidad de Madrid.
La DGT prevé para estos días unos 8.200.000 desplazamientos de largo recorrido, casi un 23 % más que en las mismas fechas de 2006, debido a que el puente este año tiene un día más.
En este dispositivo participarán 8.000 agentes de la Guardia Civil, junto con más de 400 funcionarios y personal técnico especializado que atenderán labores de supervisión, regulación e información en los distintos centros de Gestión del Tráfico, situados en Valencia, Málaga, Madrid, Sevilla, Zaragoza, A Coruña y Valladolid.
Asimismo, el dispositivo se verá reforzado por 990 cámaras de televisión, 2.060 estaciones de toma de datos, 1.639 paneles de mensaje variable instalados en las carreteras y 18 helicópteros que desempeñarán labores de vigilancia.
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