El Maníaco del Martillo: «Fuí juez, fiscal y verdugo»

El Maníaco del Martillo: "Fuí juez, fiscal y verdugo"

(PD / Agencias).- El asesino en serie Alexandr Pichushkin, conocido como el ‘Maníaco del martillo’ y declarado culpable de 48 homicidios y tres intentos de asesinato ha afirmado que fue «juez, fiscal y verdugo» de sus víctimas y ha insistido en que éstas fueron 60.

«Hace 500 días que estoy encarcelado y que se decide mi destino. En su momento yo solo decidí la suerte de 60 personas: fui juez, fiscal y verdugo», ha dicho Pichushkin en su última palabra en el juicio en el Tribunal de Moscú, que ha quedado visto para sentencia.

Pischushkin, de 33 años, antiguo empleado de una tienda de comestibles, ha polemizado con el jurado que ayer lo declaró culpable de cometer sus crímenes con especial crueldad, por lo que consideró que no era merecedor de clemencia.

«Era una especie de ritual, mi estilo, mi sello. Ni los fiscales ni los investigadores saben lo que ocurrió entre nosotros (entre él y sus víctimas) en el bosque«, ha dicho el asesino en serie, para el que la acusación ha pedido la pena de presidio perpetuo.

Sin arrepentimiento

Pichushkin fue apresado por la policía en su casa en julio del pasado año con el arma del crimen en la mano -un martillo de carpintería- y un tablero de ajedrez con casi todas las casillas cubiertas con monedas. Durante el proceso confesó ser autor de todos los asesinatos, subrayó reiteradamente que no se arrepentía de ninguno de ellos precisó que quería llegar a 64, el mismo número que el de los escaques de un tablero de ajedrez.

Cometió la mayoría de sus crímenes en el mismo lugar, el parque de Bitsa, en el suroeste de Moscú, y casi siempre con la ayuda de un martillo , con el que golpeaba a sus víctimas hasta que éstas dejaban de dar señales de vida y las arrojaba a los pozos de alcantarillado.

Su primer asesinato lo cometió en 1992, cuando con 18 años recién cumplidos empujó por la ventana a un amigo del colegio, con el que se disputaba el amor de una compañera, y el último, en junio del pasado año, cuando acabó con la vida de una conocida.

La policía dio con su pista gracias a un mensaje de un contestador en el que una de las asesinadas le decía a su hijo con quién y adónde iba a pasear, y le daba el número de teléfono de quien sería su asesino. «Si no me hubieran pillado, nunca habría parado. Nunca. Salvaron la vida de muchas personas», declaró el homicida durante el proceso.

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