(PD).- Cuando descubrió la angustia de su familia y el despliegue de miles de taxistas que dejaron de trabajar para buscarle con desesperación por Barcelona y el resto de Cataluña, llamó y dijo que se había liberado de sus secuestradores, pero era mentira. Anoche lo confesó.
El taxista Alberto Berman Requena no aguantó más su mentira y a las diez de la noche de ayer confesó que su secuestro era una gran farsa que se inventó porque tiene muchos problemas personales, le cuesta tirar adelante con su vida y en un punto de locura quiso desaparecer y quitarse del medio.
En la comisaría de Les Corts de Barcelona, donde declaró, sus padres le esperaban anoche para llevarlo a casa. Los Mossos d’Esquadra, que le denuncian por un delito de simulación de secuestro pero que decidieron no detenerlo, aconsejaron a los padres que no se separaran del joven, de 28 años, porque teme de la reacción de su familia y de sus compañeros taxistas, según informa Mayka Navarro en El Periódico.