(PD).-Mujeres de toda Europa viajan a Barcelona sólo para abortar. Más de cinco mil extranjeras han viajado durante los últimos cinco años a Cataluña de forma exclusiva para una interrupción voluntaria de embarazo. Y no son sólo británicas; sobre todo francesas, y también andorranas e italianas.
Según los datos facilitados por la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña, que hoy publica ABC, 1.251 mujeres se sometieron a un aborto en esa región de España durante el año 2006, con un incremento próximo al 20 por ciento en los últimos doce meses. Supone una media de tres cada día.
Su procedencia se mantiene prácticamente invariable a lo largo del tiempo: Francia es el principal país de origen de las mujeres que se trasladan a nuestro país para abortar, ya que según el último año dos de cada tres mujeres extranjeras con residencia fuera de nuestro país procedían de este país vecino.
La evolución de las cifras hasta ahora conocidas en Cataluña muestran una nueva dimensión, hasta el punto de que en el último año los incrementos tanto en el número de interrupciones voluntarias del embarazo como en la llegada de mujeres con residencia en el extranjero para abortar en nuestro país se han incrementado alrededor de un 20 por ciento.
«No es momento de abrir debates»
La consellera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, afirmó que ‘no es el momento’ de abrir un debate en torno a una modificación de la Ley del Aborto, tal como reclaman algunos sectores sociales en aras de una mayor definición de la misma.
Geli dijo que un cambio normativo es algo ‘importantísimo’, que requiere de un ‘consenso político y social que no se puede hacer en un momento como el actual’, cuando cuatro clínicas barcelonesas están siendo investigadas por supuestamente llevar a cabo abortos ilegales con falsificación de documentos.
‘Tenemos –en Cataluña– un modelo que ha dado solución, dentro de la legislación vigente, a la interrupción voluntaria del embarazo’, dijo, y añadió que ahora, menos que nunca, se debe abrir esta discusión. ‘En Cataluña hay un consenso político y social sobre este tema’, concluyó
