(PD).- Huelva está enlutada; la familia Cortés Suárez, hundida, y con ellos todos los que les han acompañado en estos casi dos meses de calvario en pos de una esperanza tras los pasos de Mari Luz.
La web creada a raíz de la desaparición de la pequeña de cinco años «mariluzcortes.es», que ha recibido miles de visitas y mensajes de apoyo, era ayer un panel de duelo.
El duelo va a seguir hasta que la niña, cuyo cadáver apareció el viernes flotando en la desembocadura de la ría onubense, sea enterrada. Pero aún no.
Como explica Cruz Morcillo en ABC, desde las ocho de la tarde del viernes, un equipo forense asistido por agentes de Policía Científica de Huelva, Sevilla y Madrid se dedicaron a examinar el cuerpo de la niña y a tomarle todo tipo de vestigios.
Una de las primeras conclusiones, aún preliminar, según las fuentes consultadas por ABC, es que la cría no fue agredida sexualmente como se sospechaba.
Sus ropas -un chaleco y leotardos rosas, falda vaquera y botas blancas- estaban perfectamente colocadas y no parece creíble que el asesino se tomara la «molestia» de vestirla de nuevo en caso de que la hubiera despojado de sus vestimentas.
Eso no significa, no obstante, que el móvil del rapto y posterior asesinato no sea de tipo sexual. Esta es aún la principal hipótesis que manejan los investigadores, pero no todos los pederastas consuman sus ataques y dado que la búsqueda de Mari Luz comenzó casi al instante, el criminal pudo no tener tiempo de llevar a cabo sus depravados propósitos.
Otra de las conclusiones iniciales es que ninguna de las lesiones que presenta el cuerpo -muy desfigurado, mucho más de lo que en un principio se dijo pero con un apreciable golpe en la cabeza, por ejemplo-, fue vital para la muerte, es decir, que de momento no se sabe cómo la mataron.
A partir de esos dos elementos, hay más interrogantes abiertos que respuestas halladas.
La data de la muerte no se ha fijado con exactitud -las condiciones de conservación dificultan en extremo precisarla-, no obstante se cree que acabaron con la vida de la criatura si no el mismo día en que desapareció, en fechas muy próximas.
El cadáver fue encontrado en la bocana de acceso al puerto de Huelva, en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel por lo que la familia no lograba explicarse por qué no la habían encontrado antes.
Aunque se manejan varias posibilidades como que el criminal utilizara un colector próximo a la barriada de El Torrejón (la de la niña) para deshacerse del cuerpo, la razón más lógica, según los investigadores, es que lo depositara en una zona de la ría onubense de escasa profundidad.
Eso explicaría que empezara a flotar mucho tiempo después, empujado por la acción de las mareas. La zona ya había sido rastreada exhaustivamente, pero Policía, Guardia Civil y Bomberos han retomado las tareas por si se encontrara alguna pista nueva. El lugar está controlado por GPS desde que se encontró el cadáver.
Análisis de mareas y rastreo
Este es otro de los elementos que se está analizando al detalle, los flujos marítimos de los últimos 50 días, las corrientes marítimas y el viento. «El cadáver ha aparecido en las peores circunstancias para llegar a tesis concluyentes, después de haber pasado mucho tiempo en el agua», señala uno de los responsables del caso.
