Ser albino en Tanzania te puede costar la vida

Ser albino en Tanzania te puede costar la vida

(PD/Agencias).- Ser albino en Tanzania te puede costar la vida: en los últimos meses docenas de ellos han sido asesinados y partes de sus cuerpos acaban en un macabro contrabando alimentado por el fetichismo y la superstición.

Es una tenebrosa costumbre en Tanzania, donde también se da el asesinato de ancianas por supuestas brujerías o el contrabando de piel humana.

La falta de pigmentación en la piel que tienen los albinos es un estigma en muchos países de África. Con frecuencia son acusados de brujería y sufren el repudio de sus comunidades y de sus familiares.

Pero en Tanzania no es un problema de sospechas de brujería, sino de algo más tétrico. «Lo que buscan sus asesinos son partes de sus cuerpos», como dedos, órganos sexuales, lenguas y pelo, sostiene el jefe de la Policía, Said Mwena.

En Tanzania, un país de 39 millones de habitantes, se estima que hay cerca de 270.000 albinos. Desde finales de marzo, quince de ellos han sido asesinados y mutilados. Según Mwena, aparte de los asesinatos ya confirmados, hay otros dos albinos con paradero desconocido.

El asesinato de albinos es un crimen asociado a la minería, una actividad clave en Tanzania, donde hay importantes yacimientos de diamantes, esmeraldas, rubíes y zafiros. También es el tercer productor continental de oro, después de Sudáfrica y Ghana. Se piensa que los centros mineros son el mercado habitual para este contrabando de órganos de albinos, y las autoridades creen que los mineros de pequeña escala son los principales compradores.

Todo porque, según ciertas supersticiones, las partes de los albinos dan buena suerte, ya sea para librarse de morir en los yacimientos o para encontrar las mejores vetas.

El presidente de la Asociación de Albinos de Tanzani, Ernest Kimanya, ha pedido dos cosas al Gobierno: parar los brutales asesinatos y elaborar un censo de estas personas. «Somos vulnerables y en extremo carentes de seguridad», dice Kimanya.

La zona donde se han descubierto los últimos casos, en las poblaciones ribereñas del lago Victoria, también es testigo de una larga matanza que se desarrolla desde hace varias décadas y que tiene otras víctimas: ancianas que son sospechosas de brujería.

Se calcula que el promedio anual es de unos cien asesinatos, y hasta ahora las autoridades creen que desde los años setenta han perecido más de tres mil ancianas por estos crímenes a sangre fría, cometidos con lanzas, machetes o hachas.

El perverso ritual incluye quemar las chozas de las víctimas. Los asesinos reciben como recompensa una o dos vacas, que les entregan los líderes comunales por su «buen trabajo», según las autoridades. En otras ocasiones, la recompensa es dinero, unos 100 dólares.

Estos crímenes se están registrando en comunidades aisladas de la región noroeste del país, situada a unos 1.000 kilómetros de la principal ciudad tanzana, Dar es Salam. Pero, simultáneamente, en el suroeste surgió un comercio macabro de piel humana, ahora prácticamente extinguido, que va más allá de las fronteras nacionales, buscando mercados en Zambia, Malaui o la República Democrática del Congo.

Los sociólogos y las autoridades no saben con certeza qué movía este contrabando, pero sí se sorprenden del dinero que genera: una pieza de piel humana puede llegar hasta los 400 dólares (unos 253 euros), una cantidad importante para un país en el que la mayoría de la población vive con menos de un dólar diario.

Las autoridades lograron controlar estas operaciones a fines del 2005, pero para entonces docenas de personas habían sido asesinadas y despellejadas. Tres presuntos autores de estos crímenes están en la cárcel.

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