Enterrada en la bodega para cobrar su pensión

(PD).- Petra se convirtió en un fantasma desde que, años atrás, se esfumó del mapa. Nadie en Alaejos volvió a saber de esta anciana de 90 años hasta que, tras una inspección en la bodega de su casa, sus restos aparecieron hoy a 20 centímetros bajo tierra envueltos en una tela negra y dentro de un saco de plástico.

Su marido y su hija Macarena habían sido ingresados poco antes en la unidad de psiquiatría del Hospital de Valladolid tras la voz de alerta del concejo vallisoletano, que le encomendó a los servicios sociales de la Diputación que acudieran a la casa.

El macabro hallazgo vino acompañado por otro fantasmagórico encuentro: en el edificio de ladrillo visto, tras los barrotes de la puerta de aluminio, también habitaba Maribel, la otra hija de la nonagenaria, desaparecida años antes.

Los vecinos habían preguntado por ella, pero la respuesta de esta siniestra familia fue todo un misterio: se ha casado y ya no vive en el pueblo, le dijeron a una mujer, según El Norte de Castilla. Una excusa burda, pues estaba encerrada allí dentro y tan afectada mentalmente como los otros dos miembros del clan.

Las gentes del lugar llevaban tiempo sospechando de que algo raro se cocía en el número 23 de la calle Casas Nuevas, donde no había agua corriente y sólo corría el aire cuando el padre (César, de 91 años) o Macarena (26 más joven) necesitaban salir del inmueble para cobrar la pensión.

El alcalde del Ayuntamiento, Carlos Mangas, explicó a TVE que por ahora hay más hipótesis que certezas, como la posibilidad de que ocultasen el fallecimiento de la madre para cobrar la paga. «Hasta que no lo determine el juez, nada es seguro. No sabemos ni las causas de la muerte».

Aunque algunos alaejanos aseguran que le perdieron la pista hace seis años, la Guardia Civil ha señalado que la señora podría llevar enterrada dos más, un dato que sólo su marido y sus hijas conocen. Sus condiciones de vida eran precarias, hasta el punto de que han vivido prácticamente enclaustrados dos décadas y sin agua tres años, cuando una avería en las tuberías inundó el inmueble contiguo y los servicios municipales cortaron el suministro.

Sólo usaban la que recogían en las fuentes del pueblo, a cuyos habitantes no les ha pillado la noticia por sorpresa. Ya se lo olían, ha reconocido un anónimo vecino.

Tras presentarse en la vivienda la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Medina del Campo, cercano a esta población de 1.600 habitantes, el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Valladolid.

La casa, cercana al cementerio situado en las afueras, ha sido acordonada ante la mirada de los residentes en Alaejos, quienes han tenido que esperar pacientemente durante años para saber qué horrores cobijaba el 23 de Casas Nuevas.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído