(PD).-Una mujer acusada de estafar a su marido más de 600.000 euros haciéndole creer hasta en siete ocasiones, entre 2001 y 2006, que necesitaba ese dinero para pagar a los secuestradores de sus hijos se declaró ayer culpable y aceptó una pena de tres años y medio de prisión.
En la vista, celebrada en la Audiencia Provincial de Madrid, la fiscalía llegó a un acuerdo con la defensa de Josefa S. V. y de otras dos procesadas que ayudaron a la primera a simular uno de los supuestos secuestros. Ambas han admitido sendas condenas a nueve meses de prisión.
Según las conclusiones del fiscal, Josefa hizo creer hasta en siete ocasiones a su marido, Pedro G. M. -con quien pese a no convivir lleva casada 17 años-, que sus hijos Sara y Emilio fueron secuestrados por diversos motivos entre 2001 y 2006.
La madre aseguró a su marido que sus vástagos, fruto de relaciones ajenas al matrimonio, habían sido retenidos por asuntos de drogas, deudas de la madre e incluso, en el caso del joven, por haber desvirgado a una chica de etnia gitana.
