El pistolero asesino de la discoteca madrileña tiró de pistola tras recibir una paliza

(PD).- El tiroteo que se produjo la madrugada del lunes en la discoteca ‘Heaven, Sala Palace’ de Madrid se debió a una discusión entre algunos de los clanes que intentan controlar la seguridad de los locales de ocio nocturno de la capital.

Según ha informado un portavoz de la Jefatura Superior de Policía, ésta es la principal hipótesis de los agentes, aunque se continúa investigando y no se descartan otras.

Fuentes policiales consultadas por P. Herráiz y R. Bécares, periodistas de El Mundo, han confirmado que el detenido por el doble asesinato pertenecía a la banda criminal conocida como ‘Los Miami’, conocidos por distribuir droga en las discotecas, dar palizas por encargo, o controlar la seguridad de varios locales de la capital.

El tiroteo tuvo lugar sobre las 03.00 horas de la pasada madrugada en las proximidades de la discoteca, situada en la calle de la Priora junto a la Plaza de Isabel II.

En el mismo murió en el acto el portero del local, un ciudadano rumano de 31 años, Catalin Stefan Cración, quien tiene antecedentes por secuestro, y resultó herido muy grave un español de 24 años, Alejandro Muñoz Rojas-Marcos, quien ejercía como relaciones públicas en el local y no tenía antecedentes policiales, y quien murió poco después en el hospital Gregorio Marañón.

La policía ha detenido al autor de los disparos, supuesto miembro de ‘Los Miami’, Carlos M.H., de nacionalidad española, quien tiene antecedentes por tenencia de armas, amenazas, lesiones y robo con fuerza.

Este hombre, al que se ha intervenido una pistola, resultó herido en el altercado, según las mismas fuentes.

El asesino recibió una paliza en la discoteca ‘Heaven’ antes de regresar a su coche, coger de su interior el arma del crimen y regresar para disparar a Catalin Stefan, considerado por la Policía uno de los jefes de las mafias rumano-búlgaras de porteros de discotecas de Madrid, informaron fuentes de la investigación.

Según las primeras hipótesis policiales, el presunto homicida acudió a la discoteca ‘Heaven’ a «solucionar» alguna cuestión relacionada con el mundo de la delincuencia, concretamente de la extorsión y de las luchas de poder entre las mafias de porteros de discotecas.

El resultado fue una brutal paliza de los encargados de seguridad del local, que entre otras lesiones, le provocaron la rotura del tabique nasal. Sangrando, Carlos M.H., regresó a su vehículo, cogió de su interior una pistola Glock, del calibre 9 milímetros, y regresó a la discoteca, donde acabó con la vida de ‘Cata’.

El resto de porteros de la discoteca comenzaron la persecución del presunto homicida y avisaron a otros colegas que controlaban en ese momento el acceso a la discoteca Joy Eslava, en la que trabajaba como relaciones públicas Alejandro Muñoz Rojas-Marcos.

Los porteros de este último local y Alejandro Muñoz salieron en persecución de Carlos, quien en un momento dado, se revolvió y disparó contra el grupo que le perseguía, alcanzando al relaciones públicas, a quien la Policía desvincula de actividades delictivas.

CATALIN EL ROMPECOSTILLAS

El rumano Catalin Stefan Craziun, Cata, de 31 años, era uno de los lugartenientes de Ivo el búlgaro, el jefe de la banda de rompecostillas más conocida de Madrid en dura pugna con los Miami, según fuentes policiales. Su fisonomía era perfecta para el trabajo de matón de discoteca: 1,90, gran envergadura, cabeza rapada, cejas pobladas y una cara con la que infundía miedo.

Como los demás integrantes de la banda, era un tipo brutal, amante de los gimnasios, las artes marciales y los anabolizantes, y dispuesto a despachar cualquier asunto que lo requiriese a lo bestia. No bebía, no fumaba, se dedicaba como profesional a ser gorila en los pubs que controlaba la banda de Ivo, pero él era de los que aceptaba trabajos más complicados: extorsiones, palizas y venganzas a otros mafiosos de la capital.

Cuenta Alvaro de Cózar en El País que su hazaña más conocida, por la que fue detenido y estaba a la espera de juicio, fue la paliza que le propinó a Malin Stefanev, un búlgaro que debía dinero a otros delincuentes.

Fue en septiembre de 2007. Cata se lo llevó a un lugar apartado, en Gandía, y empezó a darle puñetazos en las costillas. Para estar seguro de que sus golpes tenían el efecto deseado palpaba el cuerpo de la víctima.

Si no le había roto el hueso, seguía golpeando. Luego le metió en el maletero de un coche y lo llevó a Toledo. Los agentes pudieron identificar a Cata y a los otros dos jefes del clan, Ivo y Nasco. La policía pensó que se habían fugado de España, pero los hombres nunca se fueron, incluso después de que se publicara su foto en este periódico. Los tres fueron detenidos poco después y puestos en libertad con cargos.

Cata también tenía amigos influyentes. En la boda de Ivo, en abril de 2008, la policía pudo fotografiarle a la salida de la iglesia con el juez Carlos Nogales, investigado por su relación con Ginés Jiménez, el jefe de la policía de Coslada, y principal acusado en la trama de extorsiones a bares y locales del municipio.

La revista ‘Interviú’ publicó el pasado mes junio un reportaje en el que aparecía ‘Cata’ fotografiado en la boda de otro delincuente búlgaro. A ese enlace también acudió Carlos Nogales Romeo, el que fuera titular del Juzgado número 3 de Coslada y al que se investiga por su relación con Ginés Giménez, el ex jefe de la Policía local de Coslada. El juez Nogales, según relata la revista, se mostró muy afectuoso tras la ceremonia con el novio y el hombre fallecido la pasada madrugada.

La Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de Madrid ha puesto a disposición del Juzgado que investiga la corrupción policial en Coslada grabaciones telefónicas en las que el juez Nogales y Ginés Giménez mantienen una cordial conversación.

En la misma, el magistrado anuncia las presiones que va a ejercer sobre una joven que había denunciado a uno de los policías que integraban ‘El Bloque’, la red de corrupción policial a las órdenes de Giménez vinculada presuntamente a la prostitución y el tráfico de drogas, entre otros delitos.

Preocupación de Rubalcaba

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha mostrado su preocupación por los últimos asesinatos en Madrid, aunque se ha mostrado cauteloso a la hora de pronunciarse sobre un hipotético recrudecimiento de la delincuencia.

Pérez Rubalcaba ha calificado de «especialmente preocupante» el asesinato de la semana pasada en el hospital, pero también ha subrayado que, «desgraciadamente, los ajustes de cuentas entre narcotraficantes en nuestro país, como en todos los países de Europa, existe».

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