Sant Boi tenía que hacer una reforma de 1,5 millones de euros en el 2007 el pabellón hundido

(PD).- El pabellón fue construido en los años setenta. En 2007 Sant Boi planteó la remodelación con una partida aprobada de 1,5 millones de euros. Pero el ayuntamiento que dirige Jaume Bosch, del PSC, no se gastó ni un euro. De no haberse esfumado el dinero presupuestado, quizá hoy no estaríamos lamentando la muerte de los cuatro chavales.

Según desvela La Vanguardia, «en el año 2007 se anunciaba a bombo y platillo como una de las principales inversiones del presupuesto de ese año. Pero no se llevaba a cabo. Como tampoco se hizo en el 2008. Ese año, en el presupuesto no se le consignó ninguna partida. En cambio, en el presupuesto actual del 2009 las necesidades de reforma se han presupuestado con un euro: una práctica administrativa que se suele hacer para no dar carpetazo final a un proyecto, aunque siga olvidado en el cajón«.

Dos años después no se ha tocado ni un céntimo de ese 1,5 millones de euros.

«Sí que se aprobaron 1,5 millones de euros en el 2007, pero el planeamiento urbanístico es demasiado complejo, porque afecta a toda la zona. Por eso no se pudo ejecutar. Es necesario más tiempo«, señaló Bosch.

Según fuentes consultadas por La Vanguardia, «aseguran que, aunque sin proyecto, la idea de qué hacer estaba clara. La imponía la propia necesidad del estadio y no era otra que remodelarlo por completo, y también la nave en la que el sábado murieron los cuatro niños y que no formaba parte del proyecto original. Un túnel de lanzamiento que quedó hecho añicos y cuya mala calidad denunciaban ayer algunos vecinos que esperan transparencia en la investigación y que un día, más pronto que tarde, se conozca el estado real de la estructura. Mala calidad que negaba el alcalde. Pero según fuentes vecinales, no es la primera vez que la solidez de la nave se pone en duda. Estas fuentes aseguraban que los bloques no estaban rellenos de hormigón y que no había varillas suficientes – las habituales-para dotar al edificio de solidez«.

La nave tenía cuatro metros de altura, pero según estas fuentes las varillas estaban tan sólo en el suelo y en el tejado. Cuando el viento se llevó el tejado, las paredes se desmoronaron sobre los niños. En la zona intermedia, no había nada que las aguantara de forma sólida.

Asimismo, estas fuentes aseguraron que algo pudo tener que ver también en la tragedia el sistema de ventilación de la propia nave. Unas celosías hechas con los propios bloques, tres en el frontal y dos a cada lado, que provocaban una fuerte corriente en la parte superior de la nave. Que, si se confirma que podría ser así, el sábado habría cogido una velocidad terrible, dejando el edificio desnudo.

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