(PD).- Louis Eppolito y Stephen Caracappa perpetraron casi todos los crímenes que se suele atribuir a los mafiosos: blanquearon dinero, traficaron con drogas, extorsionaron y asesinaron. Cometieron todos sus delitos parapetados tras un carné de intocables: el de detective del Departamento de Policía de Nueva York.
Los ex detectives Louis Eppolito y Stephen Caracappa han sido sentenciados a cadena perpetua y a pagar multas de más de cuatro millones de dólares (3,15 millones de euros) por un tribunal federal de Brooklyn, después de ser hallados culpables en el 2006 de trabajar para la familia mafiosa Luchese -entre finales de los años 60 y principios de los 90- mientras estaban en el departamento de policía de Nueva York.
Un jurado federal halló a Eppolito, de 61 años, y Caracappa, de 67, culpables de crimen organizado y conspiración, que incluyó sus participación en 11 asesinatos o intentos de asesinato.
Inexplicablemente, tanto Caracappa, de 67 años, que irónicamente fue uno de los detectives más condecorados de su época, como Eppolito, de 60 años, aún siguen cobrando su pensión como policías: 5.313 dólares al mes el primero y 3.896 dólares el segundo.
Ambos se jubilaron a principios de los años noventa, aunque continuaron a sueldo de los Lucchese, primero en Nueva York y después en Las Vegas hasta su detención, en 2005. Fue la declaración de otro empleado de la mafia, Burton Kaplan, quién provocó su detención y un juicio fulminante que llevó a un jurado popular a declararles culpables en abril de 2006.
Durante el juicio, los fiscales dijeron que Caracappa y Eppolito usaron sus automóviles de policía e identificaciones para detener o secuestrar a sus víctimas.
Los jefes mafiosos de la familia Luchese se jactaban de que era fácil presionar a sus enemigos porque tenían dos detectives en su nómina por 4.000 dólares al mes cada uno, dijeron.
Los ex detectives fueron también hallados culpables de brindar a la familia Luchese los nombres de algunos informantes dentro del crimen organizado.
Ambos sirvieron en el Departamento de Policía de Nueva York por más de 20 años antes de jubilarse en Las Vegas.
