La novia de Miguel ratifica ante el juez que éste le contó que había matado a Marta

(PD).- Rocío, la actual novia de Miguel Carcaño, la chica de 14 años que el lunes pasado reconoció a la Policía que supo de la implicación de su novio, ha ratificado ante el juez del caso estos datos esta mañana.

De esta manera, la menor conoció lo ocurrido con Marta del Castillo de boca del asesino confeso, que se lo contó la mañana siguiente a los hechos. La menor ha llegado a los juzgados protegida por varios agentes de Policía y ha declarado ante el juez durante algo más de dos horas.

Según su declaración ante la Policía, que hoy ha rafiticado, Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, confió en alguien más aparte de sus amigos para tratar de ocultar el crimen que acabó con la vida de la joven. Se lo contó a su novia Rocío, con la que convivía en el domicilio familiar de ésta en Camas, y a la que relató cómo golpeó a Marta y luego se deshizo del cuerpo arrojándolo por un puente al río.

En cuanto a la abuela de la joven, que esa mañana lavó la ropa del asesino confeso, el juez sólo podría imputar encubrimiento y destrucción de pruebas en el caso de que ésta lo hubiera hecho conscientemente, es decir, con conocimiento de que así destruía una prueba contra el joven.

La declaración de la menor ante la Policía el pasado lunes no estaba prevista. Era a su abuela, Soledad Gómez, a la que habían citado los investigadores de los grupos de Homicidios y Menores, que la consideraban sospechosa de encubrimiento por haber lavado la ropa que vestía el detenido cuando tuvo lugar la agresión.

La familia también lo sabía

Del contenido de la declaración policial, a la que ha tenido acceso este periódico, se desprende no sólo que la menor ocultó lo sucedido, sino que su familia también lo sabía. De hecho, fuentes cercanas al caso señalaron que fueron los parientes de la adolescente los que la ‘animaron’ a confesar que, en realidad, Miguel la puso al corriente de todo lo sucedido en el piso del número 78 de la calle León XIII.

De ello concluye la Policía que, al menos, la abuela y la madre de la menor podrían estar, igualmente, al tanto de todo. Rocío contó el lunes a los investigadores que su novio confesó que había agredido a Marta al día siguiente, el domingo 25 de enero, y después de que la noche anterior, la del crimen, presentase evidentes síntomas de nerviosismo.

De hecho, contó la menor, cuando Miguel regresó a su casa de Camas, en torno a las 22.50 horas, lo vio nervioso, aunque lo que terminó de alertarla fue una mancha de sangre –refregada en un intento de limpiarla– en el pantalón de su novio, que intentaba, en vano, ocultar.

Miguel trató de justificarse alegando que había sufrido un accidente con su moto, pidió perdón a Rocío tras romper a llorar y la adolescente dejó de preguntarle y se dispuso a preparar la cena.

Al día siguiente, la menor descubrió que la ventana de su habitación –que ella dijo que había cerrado– estaba abierta «de par en par», lo que terminó de confirmarle que su novio le había mentido.

Sueño fingido

Este punto de la declaración de la menor es en el que la Policía sustenta su teoría de que Miguel pudo deshacerse del cadáver más tarde de lo que ha dicho. Según esta hipótesis, el asesino confeso regresó de Camas a Sevilla tras fingir que dormía para, en compañía de sus amigos, intentar ocultar el cuerpo de Marta.

Ante las evidencias, Miguel terminó por contarle lo que había pasado: que había estado la tarde anterior con Marta, que había discutido con ella en su casa de León XIII, que le asestó un fuerte golpe que acabó con su vida y que, a continuación y con la ayuda de sus amigos, se deshizo del cuerpo. Primero le dijo que habían trasladado el cuerpo en su moto, pero antes las dudas de ella, Miguel rectificó y habló de un «transporte».

Sobre la participación del hermanastro de Miguel, el también imputado Francisco Javier Delgado, la menor aseguró a la Policía que Miguel siempre le negó que hubiese participado en la agresión, aunque sí admitió que estaba en casa.

Con este testimonio en la mano, a los investigadores del Cuerpo Nacional de la Policía no le quedan dudas de que hay un presunto delito de encubrimiento y así se lo han manifestado al juez que instruye la causa, Francisco de Asís Molina, en un oficio enviado al Juzgado de Instrucción 4 hace unos días.

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