(PD).- «Es imperdonable. No voy a poder perdonarlo nunca. Me han quitado la vida». Mohamed El Huarachi, el padre del pequeño Rayán y viudo de la primera víctima de la gripe A en España, seguía ayer sin encontrar consuelo. No busca culpables, pero quiere «que se haga justicia y que esto nunca vuelva a pasar».
No se explica por qué su hijo, que sólo unas horas antes de su muerte «estaba mejor y se recuperaba», va a ser enterrado en Marruecos entre hoy y mañana. Mohamed hacía estas declaraciones a La Razón mientras esperaba en el Instituto Anatómico Forense a que le devolvieran el cadáver de su pequeño, después de practicarle la autopsia. Fue acompañado de varios familiares, entre ellos, su suegra, la madre de Dalilah, que estaba «fatal, destrozada, como todos estamos… sólo hay que ponerse en nuestro lugar».
Pero lo que más le duele al padre del bebé fallecido es que a su hijo «lo han matado por algo tan tonto que hasta tú y yo sabemos hacer, es imperdonable», insistía. No se explica las circunstancias que llevaron a una joven enfermera sin experiencia en Neonatología a hacerse cargo de uno de los pacientes más delicados de la unidad.
«Mi hijo era el que peor estaba de todos los bebés, y tuvieron que meter a una chica en su primer día de trabajo; ¿quién es el que decidió esto?».
Los familiares de Mohamed tampoco culpan exclusivamente a la enfermera. «Los responsables son los doctores que mandaban y no ella», comentó Jaime, tío del padre de Rayán, informa Fax Press. «Pobrecita. Me imagino que la enfermera lo estará pasando fatal».
«No me queda nada más en esta vida. Primero fue la muerte de mi mujer, a la que quería más que a mi vida. Me habría puesto en su lugar».
«Pero ahora sí que me lo han quitado todo», repetía el joven, de 21 años. Ahora que no puede «dormir ni de noche ni de día» y que «cada segundo que pasa es más difícil», Mohamed sólo quiere «que se haga justicia», ha dicho al diario de Planeta. ¡Qué menos!