Se les imputan 70 hurtos, usurpación de funciones públicas y delito de asociación ilícita
Los Mossos d’Esquadra han detenido a 17 integrantes de un grupo organizado de ladrones rumanos multirreincidentes con más de 200 antecedentes que presuntamente se dedicaba a cometer robos en zonas turísticas de Barcelona haciéndose pasar por policías.
A los arrestados, de ntre 21 y 53 años y sin domicilio conocido, se les imputa una setentena de hurtos, usurpación de funciones públicas y delito de asociación ilícita; además, hay otros 18 imputados por los mismos hechos, contra los que se ha emitido una orden de detención
Todos los detenidos contaban con numerosos antecedentes, sumando hasta 228, y 10 de los 17 arrestados ya se encuentran en prisión.
Los detenidos escogían a sus víctimas y acostumbraban a actuar mayoritariamente contra turistas extranjeros, principalmente de fuera de Europa, robándoles dinero y las tarjetas de crédito que llevaban encima.
La mayoría de los robos se cometieron en los alrededores del Camp Nou, Maremàgnum, Port Vell, Port Olímpic, la Sagrada Familia, el paseo de Gràcia, la Diagonal y el paseo Sant Joan de Barcelona, siendo las víctimas turistas de Singapur, Pakistán, Irán, Kuwait, Japón, China, India, Canadá y Estados Unidos.
Los arrestados actuaban siempre en grupos de cuatro personas con tareas claramente diferenciadas: dos de ellos llegaban a una zona turística, en la que uno se hacía pasar por turista y otro esperaba en un coche alquilado con documentación falsa; el que se hacía pasar por turista preguntaba a las víctimas si conocían una calle.
En ese momento, los otros dos ladrones aparecían haciéndose pasar por policías y pedían la documentación a los turistas y al cómplice.
Con la justificación de que se estaba llevando a cabo un control de drogas, los falsos policías registraban los bolsos y las carteras aprovechando para sustraer el dinero y las tarjetas de crédito.
En algunas ocasiones, incluso, sin dejar su falso papel de policías, los ladrones habían exigido el número PIN a las víctimas asegurándoles que era necesario para comprobar que las tarjetas no eran fraudulentas.
Hasta el momento, los Mossos han podido acreditar que siguiendo este modus operandi los ladrones habrían robado más de 26.000 euros a pesar de que la cifra puede ser muy superior ya que algunos de los afectados no han denunciado los hechos.