"No, no, que está usted muerta. Aquí pone que está de baja por fallecimiento el 18 de noviembre de 2009". Me quedé de piedra, no sabía si reír o llorar y lo primero que pensé es que, como era 28 de diciembre, a lo mejor me estaban gastando una broma"
Mari Carmen Sánchez está vivita y coleando. Pero para Hacienda resulta que ha muerto y por eso no puede cobrar su pensión. Caso insólito pero cierto.
Sánchez ‘murió’ (o la mató el Fisco) el pasado 18 de noviembre. Y resulta que ese día tuvo que ir a trabajar. Ha pasado más de un mes desde su muerte y Mari Carmen ha celebrado las navidades junto a sus dos hijas y, a pesar de su defunción, durante todo este tiempo ha hecho todo lo que suele hacer una mujer viva de 52 años.
Porque, por mucho que el Ministerio de Hacienda le dé por muerta, Mari Carmen Sánchez Sánchez, vecina de Benimàmet (Valencia) y limpiadora de profesión, se empeña en que está viva. «Y muy bien de salud», añade la «difunta».
800 EUROS MENSUALES DE PENSIÓN
Quien sí murió hace ya más de 12 años fue su marido, militar de profesión, y por eso el 25 de cada mes ella cobra unos 800 euros de la pensión de viudedad.
«En Navidad siempre se adelantan unos días y nos dan también la paga extraordinaria. Así que el día 23 fui al banco y vi en la cartilla que no me habían ingresado nada»
Así se lo hizo saber al director de la entidad bancaria, quien intentó tranquilizarla explicándole que, seguramente, se trataba de un retraso, tal como publica Levante-emv en un artículo titulado «Hacienda ‘mata’ a una viuda de Benimàmet«.
Como tantos otros vivos, Mari Carmen pasó la Nochebuena y la Navidad con su familia y el pasado sábado por la mañana fue al cajero con la esperanza de haber cobrado ya su pensión. Pero tampoco. Así que el lunes se presentó en la Delegación de Hacienda en Valencia, sacó su carnet de identidad y le dijo a una de las funcionarias que aún no había cobrado.
«QUE ESTÁ USTED MUERTA»
«La chica miró la pantalla, me miró a mí, le cambió la cara y volvió a mirar la pantalla. Se quedó un rato callada y me dijo: «está usted de baja». Yo le dije medio en broma: «¿pero es que me he casado o qué?». «No, no, que está usted muerta. Aquí pone que está de baja por fallecimiento el 18 de noviembre de 2009″. Me quedé de piedra, no sabía si reír o llorar y lo primero que pensé es que, como era 28 de diciembre, a lo mejor me estaban gastando una broma»
Pero no era ninguna broma. La funcionaria de la Delegación de Hacienda le mostró el documento en el que se daba a Mari Carmen por muerta.
«Tranquila. Usted está aquí presente y le haremos una fe de vida, y mientras intentaremos descubrir dónde está el fallo»
SIN COBRAR HASTA FEBRERO
Con el documento que «probaba» su defunción, la vecina de Benimàmet se dirigió a su banco y le explicó la situación al director. Éste llamó por teléfono al Ministerio de Hacienda en Madrid para preguntar cuánto tardarían en gestionar el cobro de la pensión.
«Yo no sé qué le estaban diciendo pero hubo un momento que el director dijo: «pero oiga, que la tengo aquí delante»»
Las noticias no eran buenas. No sólo le daban por muerta, sino que al estar cerradas ya las nóminas de enero, hasta el 25 de febrero no iba a cobrar ni un euro. Una situación difícil para una mujer viuda, con un salario de poco más de quinientos euros y dos hijas viviendo en su casa.
«Menos mal que el director del banco me conoce de hace mucho tiempo y me hizo un préstamo personal para que pueda ir pagando las cosas mientras llega febrero»
Pero, ¿por qué para Hacienda Mari Carmen Sánchez Sánchez estaba muerta?. Algo parecido a una respuesta lo obtuvo esa misma tarde cuando llamó por teléfono al ministerio.
«Primero me dijeron que ellos no sabían si yo era yo porque no me estaban viendo. Y después me dijeron que, si había habido alguna confusión, era porque mis nombres y apellidos son muy comunes»
OTRAS MUERTES SOSPECHOSAS
Mari Carmen Sánchez no es la única «víctima mortal» de Hacienda. El pasado mes de noviembre, Manuel Galán, vecino de Aldea del Rey (Ciudad Real), tuvo que hacer gala de buena salud después de recibir en su casa una carta del Fisco en la que se pedía a sus «herederos» su certificado de defunción para darle de baja como pensionista, condición por la que lleva quince años recibiendo una compensación económica tras un accidente laboral.
El origen de este embrollo está en una misteriosa llamada telefónica que alguien efectuó a Hacienda informando de su fallecimiento y proporcionando datos personales. «Sin todo esto no podrían haber hecho nada», se lamentaba Pilar García, esposa -que no viuda- de Manuel.
