Condenado a 17 años y seis meses de cárcel un ciudadano chino por asesinar a su pareja en Jerez

Condenado a 17 años y seis meses de cárcel un ciudadano chino por asesinar a su pareja en Jerez
. Europa PRESS

La sección octava de la Audiencia Provincial de Cádiz, desplazada en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, ha condenado a 17 años y seis meses de cárcel a un ciudadano de nacionalidad china como autor de un delito de asesinato a su compañera sentimental en un domicilio de dicha localidad en octubre de 2008.

En la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, el juez considera probado que el hombre, al que un jurado popular declaró culpable de asesinato, «estranguló» a la víctima «de forma sorpresiva» cuando se encontraba en el baño tras mantener una discusión y que luego le amputó el brazo, colocándola en una maleta.

En declaraciones a Europa Press, el abogado de la defensa, Agustín Velloso González, consideró «justo» el fallo, «al quedarse entre lo que pedía el fiscal –20 años– y lo que pedíamos nosotros» –15 años.

En este sentido, recordó que su cliente ya ha cumplido dos años de la condena al ingresar en prisión preventiva desde que ocurrieron los hechos y supeditó el interponer un posible recurso a la decisión del acusado, después de que el juez no haya estimado las atenuantes que presentó por «alcohol» y «enajenación por celos».

Por otra parte, el asesino de la mujer china ha sido condenado a pagar una indemnización de 105.000 euros a la familia de la víctima en concepto de responsabilidad civil.

En su declaración ante el juez durante el juicio celebrado el pasado mes de marzo, el acusado aseguró que no recordaba nada, aunque llegó a admitir actuó «por celos» al saber que la víctima se veía con otro hombre en Málaga.

LOS HECHOS

Los hechos se remontan a octubre de 2008, cuando una compañera de piso del condenado y dos personas más llegaron a la vivienda y vieron «todo el baño lleno de sangre». En ese momento, cuando le preguntaron por el motivo de tanta sangre, el presunto homicida estaba duchándose y les contestó que la sangre era suya a causa de una hemorragia nasal y, acto seguido, comenzó a limpiarlo todo «como si tal cosa».

No obstante, tras las preguntas insistentes de sus compañeros sobre el paradero de su pareja –ya que los habían dejado juntos en la casa horas antes–, éste respondió que la fallecida estaba durmiendo y que no se iba a levantar a cenar.

Sin embargo, al no estar muy convencida, la mujer decidió entrar en la habitación para comprobar si era cierto que estaba descansando en la cama y fue entonces cuando encontró a la víctima muerta «sentada en una maleta y recostada en la pared con un brazo amputado», ya que el supuesto homicida había trasladado el cuerpo sin vida del baño al dormitorio tras la agresión.

En su testimonio ante el juez, el imputado manifestó que al ser su día libre llevaba «desde por la mañana bebiendo» y que la víctima y él eran «amigos», pese a que todos los meses solía entregarle su salario. Asimismo, advirtió que no fue «consciente» de lo que había hecho hasta las 12 de la noche cuando se encontraba detenido en Comisaría.

Sin embargo, los agentes policiales encargados de su detención y traslado descartaron que «oliera a alcohol» y subrayaron la mirada «extremadamente fría» que tenía «pese a lo que había hecho».

Asimismo, los forenses certificaron en la vista que la víctima murió «asfixiada» de forma «sorpresiva» al ser atacada «por detrás» y, una vez fallecida, sufrió «cortes de desmembramiento» de las extremidades a la altura del hombro y la cadera realizados con «habilidad» y «destreza».

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