El jurado declara culpable por unanimidad al acusado de descuartizar a una prostituta en Blanes (Girona)

El jurado popular declaró esta noche culpable por unanimidad a José Martín C.P., acusado de asfixiar y descuartizar a una prostituta en Blanes en mayo de 2007.

Finalmente, el fiscal mantuvo la petición de pena que reclamaba inicialmente de 12 años y cinco meses de prisión, además de una indemnización de 90.000 euros para cada uno de los dos hijos de la víctima y 60.000 euros a cada una de las hermanas. La acusación particular pidió 15 años de prisión, una indemnización de 120.000 euros para cada hijo y 90.000 euros para cada hermana. La defensa pidió la pena mínima por homicidio, diez años, y ninguna responsabilidad civil.

Lo que decidió al jurado fue la declaración del vecino del acusado, quien explicó que en la noche de los hechos oyó golpes y gritos de mujer en el piso, además de movimiento de muebles. Además, la víctima fue hallada casi un mes después de lo sucedido en el vertedero de Lloret de Mar, en bolsas de basura cerradas con cinta de la empresa donde trabajaba el homicida.

Otro aspecto que destacó el jurado en su veredicto fueron algunas contradicciones del acusado, ya que contó a los compañeros de trabajo que los arañazos que tenía en el cuello y la cara se los había hecho un gato, mientras que a los Mossos d’Esquadra explicó que las heridas se las hizo en el trabajo.

El jurado también tuvo en cuenta la marca de una mano encontrada en una pared del domicilio del acusado, con machas de sangre –supuestamente de la víctima– y que era de menor tamaño que la del hombre.

En cambio, el jurado no consideró probado que el hombre tuviera gravemente alteradas sus facultades mentales por un exceso en el consumo de cocaína. «El consumo de tres gramos de cocaína compartidos –entre el culpable y la víctima– no son suficientes para alterar el estado mental del acusado», describieron.

DESCUARTIZAR PARA OCULTAR PRUEBAS

Lo que también consideró no probado fue que el hombre faltara al respeto de la memoria de la víctima, al deshacerse del cadáver partiéndolo en dos y colocándolo en bolsas que arrojó en un contenedor de basura próximo a su domicilio. «No constituye una falta de respeto porque era una manera de ocultar pruebas, no la veía como una persona humana, sino como un objeto», dijo el portavoz del jurado.

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