Mas de 800 personas han sido detenidas en España desde 2003 por su relación con la estafa de las cartas nigerianas

Un total de 839 personas han sido detenidas en España desde 2003 por su vinculación con el timo de las cartas nigerianas en torno al cual la Policía ha recibido cerca de 19.500 denuncias en siete años. Se trata de una estafa en la que se hace creer a la víctima que puede obtener fácil una gran suma de dinero gracias a una millonaria herencia o un premio de la lotería a cambio de facilitar datos bancarios. Las cantidades estafadas oscilan entre los 9.500 euros (cuando se trata de premios) o 400.000 (en el caso de herencias).

«Antes de su muerte, mi cliente depositó 20 millones de dólares que legalmente le pertenecen…». Con frases como esta comienza un fraude transnacional en el que el estafador propone a la víctima que colabore con él en el ‘rescate’ de esa suma de dinero a cambio de un suculento porcentaje.

Así, la Brigada de la Comisaría General de Policía Judicial ha detenido a 640 personas desde 2003, ha efectuado unos 370 registros, ha bloqueado más de 2.800.000 euros y ha intervenido 35 cuentas bancarias. Además, los investigadores de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han registrado 226 hechos delictivos relacionados con esta modalidad de estafa y han detenido a 189 personas, según informa la Policía.

Se trata de una modalidad de estafa que comenzó a detectarse a mediados de la década de los 80 y de la que aún siguen siendo víctimas decenas de miles de personas de los cinco continentes. Principalmente, los estafadores son grupos organizados integrados por ciudadanos nacionales de Nigeria, de donde proviene su nombre. Las cartas nigerianas se presentan en varias modalidades dependiendo de la falsa promesa: una herencia, un cuantioso premio de lotería o un atractivo trabajo, entre otras.

La magnitud global de esta modalidad delictiva requiere un constante y fluido contacto con las autoridades policiales de otros países, como en la macrooperación ‘Nilo’ en la que los agentes de la Policía Nacional actuaron en estrecha colaboración con EUROPOL, INTERPOL y el FBI.

Estos grupos consiguen remitir diariamente, y principalmente desde España, miles de cartas o correos electrónicos a ciudadanos de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia u Oriente Medio. La gran mayoría de sus receptores hacen caso omiso de los mismos. Pero este ‘mailing’ masivo conlleva también una numerosa respuesta de personas que, por ingenuidad o avaricia, responden a esas misivas y caen finalmente en la trampa.

Cada víctima envía a los estafadores cantidades que oscilan entre los 9.500 euros, si lo que se le ha ofertado es un premio de lotería, o los 400.000 euros si el engaño se basa en una millonaria herencia. Estos importes son supuestas tasas, comisiones o gastos de gestión exigidos por los estafadores como condición para poder acceder a las cantidades millonarias con las que creen haber sido agraciadas las víctimas.

La Policía señala que para evitar caer en la trampa hay que actuar con precaución ante la recepción de este tipo de comunicaciones. Nombres de organismos oficiales inexistentes o inexactos, números de teléfono móvil o de fax como forma de contacto y, sobre todo, un premio de lotería al que nunca se ha jugado, son alguna de las pistas que deben hacer sospechar de un posible fraude.

ENTRE 20.000 Y 30.000 CARTAS DIARIAS

En sus comienzos, estas organizaciones difundían entre 20.000 y 30.000 cartas diarias a todo el mundo. La actuación de la Policía Nacional, centrada sobre todo en bloquear e intervenir sus recursos económicos, y el mayor conocimiento de esta modalidad delictiva, ha hecho que actualmente su producción se haya reducido a un tercio, unas 9.000 cartas al día.

La estafa de las cartas nigerianas consiste en hacer creer a la víctima que puede obtener de forma fácil una gran suma de dinero gracias a una millonaria herencia, a un supuesto premio de lotería o a un exclusivo puesto de trabajo.

El timo arranca con la remisión diaria de miles de cartas, por correo electrónico u ordinario, a posibles víctimas de los cinco continentes. Las direcciones, nombres o correos electrónicos a los que envían las misivas son obtenidos de listados de marketing y publicidad de empresas dedicadas a comercializar con estos datos.

En unas ocasiones, el estafador, -solicitando absoluta confidencialidad para lograr el éxito de la transacción-, se presenta como representante, abogado, familiar o médico de un millonario enfermo de un país africano, o de un político o alto cargo fallecido en accidente. En la misiva se informa de que esta persona posee una fortuna de varias decenas de millones de dólares depositados en alguna entidad bancaria de un país africano o en una empresa de seguridad europea.

Tras varias conversaciones, los estafadores se van ganando la confianza de la víctima. Esta les envía sus datos personales y su número de cuenta donde poder recibir el dinero de la herencia que supuestamente compartirán.

El timado recibe incluso un documento, siempre falso, emitido supuestamente por la entidad depositaria de la herencia millonaria en la que se acredita haber recibido la orden de transferencia a favor de la víctima. Pero antes de materializarse ese ingreso, que nunca llegará a producirse, comienzan los problemas y es necesario que la víctima facilite un dinero para diversos gastos de gestión, impuestos o sobornos a terceras personas.

Las víctimas del engaño, atraídas por los beneficios que creen que van a obtener, realizan las primeras transferencias a los delincuentes quienes, para conseguir aún más dinero, falsean documentos y certificados de entidades bancarias africanas o instituciones de Nigeria con el fin de aportar más fiabilidad a la trama.

Miembros del grupo asumen distintos papeles haciéndose pasar por representante del banco, abogado, familiar o trabajador de un ministerio. Cada vez le solicitan más dinero para solventar los distintos problemas que se van sucediendo. Hasta que finalmente la víctima se percata de la estafa y los timadores desaparecen.

LOTERIAS O UN TRABAJO BIEN REMUNERADO

Las cartas nigerianas tienen diferentes modalidades: aquellas en las que se comunica que ha sido agraciado con un premio de lotería en unas promociones internacionales y otra versión del timo en la que se ofrece un trabajo en España en condiciones muy ventajosas. Cualquier argumento es válido para captar la atención de sus posibles víctimas.

La dinámica delictiva en todos los casos es similar: Para conseguir el premio o el trabajo es necesario siempre anticipar una cantidad de dinero para abonar tasas, gastos notariales, certificados o gestionar tarjetas de residencia, empadronamientos u otros trámites.

Estos grupos organizados están integrados por varias personas que asumen distintos roles para dar fiabilidad al relato que se intenta hacer creer a la víctima. Además, cuentan con un grupo de falsificadores que aportan supuestos documentos de Loterías y Apuestas del Estado, ayuntamientos o registros oficiales, o de cualquier tipo para dar credibilidad a su increíble historia.

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