Consternación al confirmarse que se trata de violencia machista el crimen de El Puerto

Consternación al confirmarse que se trata de violencia machista el crimen de El Puerto

Imagen de la entrada de la casa de la urbanización La Belleza de El Puerto de Santa María (Cádiz) donde aparecieron un hombre y una mujer muertos violentamente. EFE

EFE/Archivo

Decenas de familiares, amigos y vecinos de Milagros y Francisco Galán, hallados muertos en su casa de El Puerto de Santa María (Cádiz), han despedido hoy sus restos mortales, aún consternados por la confirmación de que se trata de un nuevo caso de violencia machista.

La confirmación de la hipótesis que la Policía barajaba desde que fueron descubiertos los cadáveres, en la noche del pasado sábado, ha llegado a través de los resultados de la autopsia, que ha revelado que la mujer, de 64 años, murió asfixiada, supuestamente a manos de su marido, de 67.

El cadáver de ella fue hallado en una habitación de la primera planta de su vivienda, en la urbanización La Belleza, con un cuchillo en la mano y parapetada tras la puerta, en la que había colocado una cama, mientras que el del marido estaba en el garaje, junto a la escopeta de caza con la que se disparó en la cabeza, supuestamente después de asfixiar a su esposa.

«El caso está técnicamente resuelto. Es una pena», ha afirmado el comisario provincial de Cádiz, José María Deira, que ha acudido al funeral que esta mañana se ha oficiado en la Iglesia Prioral Mayor de El Puerto de Santa María para despedir al matrimonio, junto a decenas de familiares, vecinos y conocidos de los fallecidos.

Ha sido «un día triste» para este municipio, en el que Milagros y Francisco eran «muy queridos y muy conocidos» porque tenían «mucha relación con muchas familias y negocios de El Puerto», según ha destacado el concejal de Seguridad, Carlos Montero, uno de los representantes del Ayuntamiento que ha estado en una ceremonia multitudinaria que ha recibido y despedido en silencio los féretros de los dos fallecidos.

En su homilía el párroco ha pedido a sus familiares que fijen sus recuerdos en «todo lo bueno que ellos transmitieron» y en «el amor que Dios ha manifestado a través de ellos» en unas vidas en las que mostraron «sencillez, alegría, cercanía y servicio a los demás», especialmente a través del «trabajo pastoral» que ambos desarrollaron durante muchos años en diferentes grupos parroquiales locales.

En sus palabras ha asegurado que «siempre se amaron y vivieron su fe» y, tras calificar su muerte de «un misterio que ninguno de nosotros es capaz de entender», ha asegurado que «la misericordia infinita de Dios» los colocará «en el lugar de los elegidos».

Ni una palabra sobre un asesinato o sobre un suicidio ni en boca del sacerdote ni en la de los familiares, amigos y vecinos que aseguran que el matrimonio tenía una buena relación y no se explican qué pudo ocurrir entre ambos la tarde del pasado sábado, cuando no llegaron a acudir a una cita para ver por televisión el partido entre España y Paraguay del Mundial de Fútbol.

Tras el funeral, ambos féretros han recibido sepultura en dos nichos del cementerio de El Puerto de Santa María, donde tenían negocios relacionados con la viticultura.

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