La Policía Local de Alcorcón ha tomado declaración en las últimas horas al hermano mayor de Rafael Fernández García, ‘Rafita’, y un amigo suyo por el intento de robo de una furgoneta de embutidos perpetrado en el polígono Urtinsa de la localidad, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Según han explicado, los tres viajaban en un Seat Toledo propiedad de una cuñada de ‘Rafita’, que se encuentra intervenido por los agentes y bajo custodia policial. Con el coche recorrieron los pocos kilómetros que separan la vivienda de la familia del joven y el polígono industrial, donde se cometió el intento de robo.
El hermano de ‘Rafita’, Eduardo García Fernández, alias ‘Bubu’, tiene en la actualidad 25 años y acumula una veintena de detenciones llevadas a cabo por la Policía y cinco por la Guardia Civil. Vive junto a su familia entre la avenida de Villaviciosa, en Alcorcón y la Cañada Real Galiana, donde sus padres tienen una parcela.
Eduardo y Rafael comparten los mismos padres aunque sus apellidos están cambiados, puesto que el segundo decidió hace unos años acogerse a la nueva ley para modificar su orden e intentar pasar así más desapercibido tras la repercusión que sufrió al ser tras ser condenado por el rapto, la violación y el asesinato de Sandra Palo.
No es la primera vez que ‘Bubu’ participa junto a su hermano en un delito. El pasado 23 de diciembre ambos y otros dos compinches más fueron arrestados por intentar robar un coche en la calle Clarinete de Madrid.
Pero sus fechorías también comenzaron cuando era menor de edad. Ambos se introdujeron en ‘la banda del chupete’, conocida por sus ‘alunizajes’, donde acumularon más de 700 denuncias. No obstante, el protagonismo del primero tras el asesinato de Sandra Palo hizo que su actividad delictiva no trascendiera.
Su familia, originaria del poblado chabolista de Las Mimbreras, pasó en 1999 gracias al Instituto de Realojo e Integración Social de la Comunidad (IRIS) a un piso de protección oficial en Leganés. Tras los primeros robos de bolsos y hurtos en el interior de vehículos y comercios, entre otros delitos menores, fueron trasladados a Alcorcón tras las continuas quejas de los vecinos.
FALTA DE REINSERCION Y ESTABILIDAD PERSONAL
A pesar de esta precoz carrera delictiva, Rafita no fue conocido hasta que fue acusado del brutal asesinato el 17 de mayo de 2003 de la joven Sandra Palo en Leganés. Por estos hechos el Juzgado de Menores número 5 de Madrid condenó a J.R.M., conocido como ‘Ramoncín’, y a R.S.G., ‘Ramón’, a ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada e impuso cuatro años de internamiento y tres de libertad vigilada para Rafita, que cumplió hace dos meses.
La madre de la joven asesinada, María del Mar Bermúdez, ha venido denunciado en los últimos años, y especialmente tras los varios quebrantamientos de la libertad vigilada por la comisión de delitos contra la propiedad, de la falta de reinserción de Rafael y del resto de los condenados.
Además, ha culpado a las Administraciones, la Justicia y a los centros de menores que creyeron en su reinserción. «De poco han valido los cuatro años interno y los tres en lo que llaman libertad vigilada, y que en realidad eran unas vacaciones pagadas», ha indicado, en declaraciones a Europa Press.
Bermúdez ha destacado que «ha engañado» a todos los que creyeron en su arrepentimiento y su autoproclamada reinserción en las entrevistas concedidas a varios medios de comunicación este año. En una de ellas, Rafael pidió perdón a su madre y en otra manifestó que encontraba reinsertado, había encontrado trabajo, se había casado y esperaba un hijo y que, por todo ello, no volvería a delinquir más».
El hecho es que tras casarse el pasado 31 de enero de este año, han sido continuos los enfados con su mujer, de origen marroquí, que ha decidido regresar al Reino alauí. Además, ‘Rafita’, también conocido como ‘Pumuki’, no ha contado en estos años con una estabilidad laboral ni residencial, puesto que vive entre la casa de sus padres en Alcorcón y una vivienda familiar en la Cañada Real Galiana.
