La dirección del hospital abre una investigación sobre el error médico que costó la vida a un recién nacido

La dirección del hospital abre una investigación sobre el error médico que costó la vida a un recién nacido
. EFE/Archivo

La dirección del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol ha abierto una investigación interna para determinar cómo se pudo administrar, por error, a un recién nacido, que fallecería posteriormente, un fármaco que estaba prescrito para su madre.

Este error humano causó la muerte del bebé, una niña recién nacida, que falleció el pasado domingo en el citado centro sanitario.

Los jefes de Ginecología y Pediatría del hospital público Arquitecto Marcide, Javier Martínez Pérez-Mendaña y Ramón Fernández, junto al gerente de procesos hospitalarios, José Rey, comparecieron hoy en rueda de prensa para asumir la responsabilidad colectiva por el trágico «accidente».

Los médicos del hospital ferrolano eludieron señalar de forma directa a uno de los trabajadores sanitarios presentes durante el alumbramiento, y que, por error, habría inyectado al bebé un medicamento prescrito para su madre.

El juzgado de guardia de Ferrol también se ha dirigido al centro sanitario para actuar de oficio e investigar lo ocurrido, según precisaron hoy fuentes del Ministerio Público.

La dirección lamentó hoy «profundamente y de forma pública» la equivocación, y explicaron lo ocurrido de forma pormenorizada.

El responsable del departamento de Ginecología explicó que la madre ingresó en el hospital cumplidos los nueve meses de embarazo y ya fuera de cuentas, y que el parto fue inducido el sábado y que todo discurrió con normalidad.

Durante el alumbramiento, la madre sufrió una hemorragia y la ginecóloga ordenó administrarle metilergometrina, un vasoconstrictor habitual en los partos para frenar el sangrado y favorecer la contracción del útero, pero el medicamento destinado a la madre se le administró erróneamente al bebé «por vía intramuscular».

Los facultativos se dieron cuenta del fallo «en el acto» cuando el fármaco ya había sido introducido en el cuerpo de la niña recién nacida.

En ese momento, el bebé fue trasladada inmediatamente a la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediatría. Los facultativos monitorizaron al bebé y revisaron el historial clínico de los pocos casos similares documentados en el mundo, haciendo acopio de los medicamentos precisos para revertir el proceso, explicaron.

Durante varias horas la recién nacida permaneció «estable» y fue visitada por la familia en la UCI.

No obstante, «a las 23 horas de vida» -se indicó desde el Sergas- el bebé sufrió «sorpresivamente» una crisis de cianosis, dejó de respirar y no respondió a la «profunda» reanimación cardíaca que le practicaron. El bebé falleció el domingo por la tarde.

Para determinar las causas exactas de su muerte, se le practicó una necropsia en el hospital cuyos resultados clínicos conocerá la familia en el plazo aproximado de un mes.

«En teoría no hay posibilidad de error. Este es un caso excepcional en la historia del centro», manifestó el gerente de Procesos, José Rey, visiblemente afectado por lo ocurrido y «muy preocupados» por la madre y por la familia del bebé fallecido, y también «por el crédito» del hospital.

Los médicos explicaron que todo está estrictamente protocolizado para evitar fallos y que en la sala de partos hay dos compartimentos diferenciados y dos carros distintos con los medicamentos para la madre y el recién nacido, e indicaron que los fármacos estaban en el lugar correcto.

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