Un destacado propietario de gimnasios y bares de copas distribuía la droga

Lauro Sánchez Serrano, el ‘camello jefe’ del mayor laboratorio de ‘coca’ de Europa

Hay 25 detenidos, entre ellos dos hermanos abogados responsables de un bufete

Lauro Sánchez Serrano, el 'camello jefe' del mayor laboratorio de 'coca' de Europa
Un policía durante la redada llevada a cabo en Madrid.

Un grupo empresarial liderado por Lauro Sánchez Serrano, dedicado al negocio de la restauración y propietario de diversos locales de ocio en Madrid, era el encargado de distribuir la cocaína del laboratorio de Villanueva de Perales desmantelado por la Policía Nacional en el marco de la ‘Operación Colapso’. Esta organización también se encargaba de blanquear el dinero procedente de la actividad ilícita, según ha informado la Policía.

Este grupo empresarial se dedicaba a distribuir las sustancias estupefacientes y canalizar los beneficios a través de un entramado financiero para proceder a su blanqueo. Fruto de ese blanqueo, dicho grupo poseía bienes tasados en más de 50 millones de euros.

El administrador de gran parte de estos bienes y cabeza visible del grupo era el importante empresario de Madrid Lauro Sánchez Serrano, propietario de diversos locales de ocio de la capital que a su vez utilizaba para la distribución de droga. Este empresario incluso intentó introducir dos barcos con sustancia estupefaciente desde el extranjero, aunque finalmente ambos envíos fueron frustrados en su origen y no llegaron a costa española.

Esta circunstancia obligó al grupo a buscar otras vías de financiación, y eso les llevó a contactar con el grupo de narcotraficantes que regentaba el laboratorio desmantelado, y cuyos cabecillas eran dos hermanos colombianos y dos ciudadanos españoles. En el marco de la cooperación establecida entre ambos grupos, los narcotraficantes daban entrada a las sustancias estupefacientes, mientras que el grupo empresarial capitaneado por Lauro Sánchez facilitaba la red de distribución que tenía establecida por toda España.

Las ganancias serían desviadas por dos miembros del grupo de empresarios, concretamente dos hermanos mecánicos propietarios de un taller en Paracuellos del Jarama. Éstos pretendían ser también los distribuidores de la droga que finalmente saliera del laboratorio de Villanueva de Perales.

Relacionado con todo este entramado, con la finalidad de dar apariencia legal al movimiento de dinero, se encontraba también un bufete de abogados de la capital. Dos hermanos abogados y otros trabajadores de ese despacho han sido arrestados. Los detenidos confeccionaban contratos de modo que las ganancias del narcotráfico pareciesen ligadas a pagos de un entrado empresarial.

 

UN TOTAL DE 25 DETENIDOS

Estas informaciones, resultantes de las investigaciones iniciadas en enero de 2009, llevaron a agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional a asaltar en la madrugada del pasado 7 de noviembre el laboratorio de Villanueva de Perales y detener a las cinco personas que se encontraban en él: un español y cuatro colombianos. Estos últimos eran los responsables de instalar técnicamente el equipamiento y material del laboratorio. La instalación estaba protegida por todo tipo de medidas de seguridad, algunas de ellas desconocidas por los agentes. En el laboratorio se encontraban más de 33 toneladas de productos precursores.

La operación ha concluido con un total de 25 detenidos, de los cuales 20 han ingresado ya en prisión. Trece de ellos son miembros del grupo de narcotraficantes, dos son miembros del bufete de abogados, mientras que el resto eran pequeños distribuidores y miembros del grupo empresarial liderado por Lauro Sánchez Serrano. La investigación patrimonial aún permanece abierta, ha señalado la Jefatura, que tampoco descarta la detención de alguna persona más relacionada con los barcos cargados de droga que el grupo empresarial pretendía hacer entrar en España.

Los agentes han intervenido, además, más de 300 kilos de cocaína lista para su distribución; 33 toneladas de productos químicos utilizados como precursores; 2 millones de euros en efectivo; armas; 18 vehículos de lujo; 470 teléfonos móviles, y bienes y activos financieros por valor de 50 millones de euros.

La operación policial ha sido desarrollada por más de una decena de grupos especializados de la UDYCO y la UDEV de la Comisaría General de Policía Judicial, agentes del GEO, expertos del GOIT, la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid, y la participación de la Fiscalía Antidroga y la Agencia Tributaria.

OBSESIONADOS CON LA SEGURIDAD Y SUPERSTICIOSOS

Una de las características del grupo era su celo por la seguridad. Disponía de expertos en medidas destinadas a eludir la acción policial. Entre otros sistemas, usaban una extensa infraestructura de inmuebles con complejas ‘caletas’ o huecos de difícil detección al abrirse mediante mecanismos construidos al efecto en armarios dobles, por lo que para la realización de los registros fue necesaria la participación de especialistas del GOIT.

Otras medidas para extremar la seguridad eran el empleo de ‘escoltas’ que continuamente daban cobertura a sus integrantes, tanto en su actividad delictiva como en su vida cotidiana. Además, utilizaban otros medios técnicos como micrófonos direccionales o gafas con las lentes cubiertas con cinta aislante negra, halladas en buena parte de los vehículos utilizados por la organización y que eran de obligada utilización para el acceso a los pisos de seguridad y al laboratorio por el personal asociado al grupo.

Otra de las curiosidades que rodeaban a todo este entramado es que, según la Policía, una de las cabecillas del grupo estaba obsesionada en consultar con diversos ‘santeros’ todo lo relacionado con su negocio ilícito, hasta el punto de llegar a realizar rituales en los que procedía al sacrificio de animales.

 

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