La Comisión Europea presentará este martes sus propuestas para apoyar la transición democrática en Libia y otros países del sur del Mediterráneo como Túnez y Egipto –en donde la población se ha manifestado para derrocar a sus regímenes–, con el objetivo de contribuir al debate que los líderes europeos mantendrán el viernes en una reunión extraordinaria en Bruselas convocada para examinar los pasos a seguir.
Entre las ideas que el Ejecutivo comunitario planteará en su comunicación figura «focalizar» la ayuda de la Unión Europea en acciones que contribuyan a la defensa «de los Derechos Humanos, al buen gobierno y la sociedad civil», así como a «relanzar la economía de la región y a reforzar los lazos comerciales», según ha resumido en rueda de prensa la portavoz del Ejecutivo comunitario Pia Ahrenkilde.
Al mismo tiempo, los Veintisiete ultiman un acuerdo para ampliar las sanciones impuestas por la UE al líder libio, Muamar Gadafi, y a otras personas de su entorno, para incluir en esa lista a varias sociedades, entre ellas el fondo soberano libio (LIA), según han informado fuentes diplomáticas europeas, que prevén que los Estados miembros decidan antes del mediodía del martes.
La semana pasada, la comisaria de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, viajó a la frontera de Túnez con Libia y calificó de «emergencia humanitaria» la situación de los miles de desplazados que se agolpan en las fronteras de Libia con Túnez y Egipto para escapar de la violenta represión que dirige Gadafi contra los opositores al régimen.
Entretanto, Bruselas ha comprometido 30 millones de euros para ayuda humanitaria y para apoyar la repatriación de los inmigrantes, en su mayoría egipcios, que quieren volver a sus países de origen. Georgieva, además, ha pedido a Libia que permita la entrada de la ayuda y dé garantías de que los trabajadores humanitarios podrán trabajar con seguridad, lo que por el momento parece «imposible».
La Unión Europea no dispone de una delegación en Trípoli ni ha sido capaz de establecer contacto directo con los líderes opositores, aunque sí ha mantenido conversaciones con libios en el exilio.
Además, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, envió este fin de semana una misión de observadores a Trípoli con el objetivo de evaluar la situación sobre el terreno y en tiempo real. Se trata de una misión de carácter «técnico» y no de perfil «político», por lo que los 5 expertos desplegados no prevén contactos con las autoridades «ni con la oposición», según ha explicado Michael Mann, portavoz de Ashton.
Las instituciones europeas dedicarán esta semana varios debates a la preocupante situación en Libia y al papel que debe jugar la Unión Europea en el proceso. Además del documento anunciado por Bruselas y de un debate en el pleno del Parlamento Europeo, la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, ha convocado a los ministros de Exteriores el jueves para avanzar en los trabajos y las discusiones que abordarán un día después, el viernes 11, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. En paralelo, los ministros de Defensa de la OTAN se reúnen en la sede de la Alianza en Bruselas con la crisis libia en su agenda.
Precisamente la Asamblea parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo abogó el pasado viernes desde Roma por crear un «banco de inversiones euromediterráneo» para apoyar la transición democrática de los países de la región y promover programas a imagen del ‘Plan Marshall’ con el que se contribuyó a la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) anunció también a principios de esa semana su intención de movilizar 6.000 millones de euros en tres años para estos países.