Pinchazos telefónicos no transcritos, claves para que el juez impute a seis mossos por encubrir a unos narcotraficante

Varias conversaciones telefónicas entre presuntos narcotraficantes intervenidos por los Mossos d’Esquadra que, al parecer, no se transcribieron han sido cruciales para que el juez haya decidido imputar al subinspector jefe de anticorrupción de la Comisaría General de Investigación Criminal (CGIC) de la policía catalana, Antoni Salleras, dos sargentos, dos cabos y un agente, según han explicado a Europa Press fuentes judiciales.

El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona les atribuye, supuestamente, haberle ocultado información muy relevante para proteger a la cúpula del grupo de narcos, entre los que se encuentra un importante confidente, Manuel Gutiérrez Carbajo, clave en la investigación de la trama de corrupción policial en los prostíbulos Riviera y Saratoga y en el caso del contenedor de cocaína del puerto, en el que también hay agentes de varios cuerpos implicados y que investigó la unidad de la policía catalana ahora bajo sospecha.

El caso se remonta a una detención de un miembro de la organización de narcos, Juan Miguel Bono, por una compraventa de cocaína realizada el 28 de mayo de 2009, en la que se produjeron ciertas irregularidades en el atestado que redactó la Guardia Civil, que finalmente se encargó a los Mossos que investigaran.

Teóricamente había 50 kilos de estupefaciente en el interior de una maleta intervenida, que, tras los análisis químicos, resultaron ser yeso y azúcar en su práctica totalidad –sólo un paquete con 512 gramos tenía cocaína–.

El juez ordenó entonces intervenir teléfonos y cree que algunas de estas conversaciones en las que se demostraba que Bono y el resto de compañeros eran narcotraficantes no llegaron a transcribirse.

Según la citada fuente, una docena de agentes se ocupó de realizar las escuchas y preseleccionar las más importantes, que luego debían ser trasladadas a los dos cabos ahora imputados, –que en algún momento fueron substituidos por los dos sargentos también imputados–, que debían dar constancia a Salleras y, en caso de que fuera necesario, a otros mandos superiores.

Ahora el juez quiere dilucidar en qué momento de la cadena se perdió parte de la información o se decidió no transcribir, por lo que las imputaciones podrían llegar más arriba.

RETRASO EN LAS DECLARACIONES

El fiscal ha decidido recurrir estas últimas imputaciones porque, aunque cree que se pudo haber cometido algún error durante la investigación, no hay suficientes indicios para considerar que los mossos imputados quisieron ocultar información al juez ni proteger a los narcos.

Este recurso podría retrasar las declaraciones de los seis imputados, previstas para este martes y miércoles de la semana que viene, ya que el juez deberá responder el recurso y motivar la decisión de continuar o no con las declaraciones.

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