La mayor parte de España «no está preparada» para un gran seísmo

La mayor parte de España «no está preparada» para un terremoto de gran magnitud, ni siquiera en las zonas con mayor sismicidad de la Península, que son Andalucía, Murcia, Cataluña y el sistema Ibérico, según el catedrático de Ingeniería de la Universidad Complutense de Madrid, el geólogo Ramón Capote.

Durante la presentación de un decálogo para minimizar el riesgo sísmico en España realizado por el Ilustre Colegio de Geólogos (ICOG), Capote ha dicho que aunque el riesgo sísmico de España no es similar al de San Francisco, Chile o Japón, la Península tiene «sismicidad moderada y con cierta frecuencia sufre terremotos».

De este modo, el experto en placas tectónicas ha apuntado que en España se pueden registrar terremotos de 6 a 6,5 grados de magnitud en la escala Richter o mayores, aunque estos serían menos frecuentes. «Esos serían los terremotos máximos», ha indicado para explicar que la mayoría de las fallas españolas son «lentas» y se mueven a velocidades moderadas de décimas o centésimas de milímetro.

Además, ha señalado que la falla de Lorca-Totana se desplaza a una velocidad media anual de 0,08 milímetros, mientras que la falla de San Andrés, que afecta a la ciudad californiana de San Francisco, lo hace a una velocidad anual de unos 5 centímetros.

LORCA: UN TERREMOTO PECULIAR

En cuanto a Lorca (Murcia), Capote ha explicado que se ha tratado de un terremoto «particular» puesto que el epicentro estuvo «muy cerca» de la ciudad y que sus efectos se amplificaron porque hubo unas aceleraciones de gravedad muy altas, «mayores a lo que dicta la norma sismorresistente». «Lo ocurrido es que en el foco del terremoto se ha añadido el conocido como efecto sitio, por el que las vibraciones pueden amplificar o amortiguar la onda sísmica y, en este caso, las vibraciones han aumentado. En Lorca, el paso de la onda ha sido ampliado por el terreno», ha apostillado.

A este respecto, ha precisado que la normativa de edificación en Lorca preveía un coeficiente de amplificación máximo de 0,12 g de amplificación de la gravedad, sin embargo, los seísmos registrados el pasado 11 de mayo llegaron a un nivel de 0,36 g, es decir, el triple de lo previsto para este terreno por la Norma Sismorresistente de 2002.

Asimismo, el presidente del Ilustre Colegio de Geólogos, Luis Suárez, ha añadido que Murcia no tiene una normativa «específica» de edificación frente a seísmo, a pesar de estar en una zona de sismicidad moderada, por lo que insta a las administraciones a adoptar medidas de peligrosidad sísmica e incrementarlas en Murcia y Granada.

Por este motivo, el presidente de los geólogos ha exigido el desarrollo del texto de la Ley de Suelo Estatal que oblige a realizar mapa de riesgos geológicos. «España tiene mecanismos para la prevención de riesgos naturales, lo que hay que hacer es desarrollarlos», ha subrayado. De este modo, ha dicho que Aragón es la única comunidad autónoma que tiene actualizada la normativa de edificación y coteja los riesgos geológicos con los proyectos.

Suárez ha criticado la «tendencia a liberalizar los controles», algo que se materializa con la conocida como ‘Ley Omnibus’ que retira la obligación de que los proyectos de edificación sean visados por los colegios oficiales de arquitectos, geólogos, ingenieros, etcétera, lo que, en su opinión, reduce las responsabilidades civiles en caso de que se produzca una catástrofe.

A su juicio, «tiene que haber un antes y un después» del terremoto de Lorca e intentar concienciar a los ciudadanos de que «el tiempo geológico se puede abordar desde el tiempo político» para que cuando un terremoto similar o superior a los registrados el 11 de mayo se produzcan los españoles estén preparados.

«No queremos buscar culpables, pero hay mucho recorrido para la mejora», ha agregado porque considera que «no es asumible que si dentro de 10 años ocurre algo similar, no se podría decir que era impredecible». «Que aprendamos la lección y que los españoles sean conscientes de que España tiene riesgo sísmico moderado, pero lo tiene», ha apostillado.

Suárez ha querido solidarizarse con los afectados y ha dado, de parte de los geólogos, el pésame a las familias de las víctimas. En todo caso, ha dicho que este terremoto ha sido grave, pero pudo ser peor, porque uno similar en 1960 en Agadir (Marruecos) se saldó con 15.000 muertos y ha recordado que en Huelva un tsunami provocó 1.000 muertos hace 255 años.

En este contexto, el ICOG ha lanzado un decálogo con propuestas para que sean implantadas por la Administración General del Estado, con el objetivo de minimizar los daños en las zonas de peligrosidad sísmica.

ACTUALIZAR LAS NORMAS

Entre sus propuestas, plantean abordar la reforma de la Norma de Construcción Sismorresistente (del año 2002) en el plazo «más breve posible» de forma que recoja las experiencias de Lorca y establezca con «mayor rigor» la necesidad de cumplir los requisitos antisísmicos e incorpore aportaciones de paleosismicidad y fallas activas.

Además, instan a «potenciar» la realización de estudios de peligrosidad y vulnerabilidad sísmica, así como a reformar la Inspección Técnica de Edificios, para que se exija en las zonas de peligrosidad sísmica la adaptación de los edificios a la norma sismorresistente «en cinco años».

Igualmente, piden que se aborde la obligatoriedad del visado de los estudios geotécnicos en la edificación, para reforzar los controles de seguridad, en lo que ser refiere a las condiciones geotécnicas y que la responsabilidad civil recaiga en el Colegio profesional y en el firmante del visado.

A nivel autonómico y local, el Colegio de Geólogos pide impulsar el desarrollo del texto refundido de la Ley del Suelo Estatal y sobre todo su artículo 15, donde se establece la obligatoriedad de la elaboración de mapas de riesgos naturales en los informes de sostenibilidad de los Planes Generales de Ordenación Urbana.

El Colegio profesional propone también elaborar estudios de peligrosidad y vulnerabilidad sísmica y se pone a disposición de las comunidades autónomas que les soliciten colaboración.

Por otro lado, consideran que hay que implantar medidas y medios para la sensibilización y formación del personal técnico, así como a los ciudadanos, especialmente a los que viven en zonas de riesgo sísmico, sobre las pautas de protección adecuadas. En este sentido, Suárez ha recordado que «todas las víctimas en Lorca se han producido en la calle» debido a que salieron corriendo y se les cayeron escombros encima.

Finalmente, plantean aprobar un plan de rehabilitación de los edificios construidos antes de la promulgación de las normas resistentes –todos los que tengan más de 40 años– sobre todo hospitales, edificios de comunicaciones, de bomberos, depósitos de agua, gas, etcétera, así como mejorar los mecanismos de control del cumplimiento de la norma sismorresistente.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído