La Clínica Mayo desarrolla un páncreas artificial para proveer de insulina a cada paciente de forma personalizada

Los endocrinólogos de la Clínica Mayo Yogish Kudva y Ananda Basu trabajan en el desarrollo de un páncreas artificial cuyo objetivo es proveer de insulina a los pacientes diabéticos de forma automática y personalizada, según ha informado este lunes la Clínica Mayo.

Este ‘sistema de circuito cerrado’ incluye un monitor del azúcar sanguíneo, una bomba automática de insulina, un juego de monitores de*actividades que se adhieren al cuerpo y una unidad de procesamiento central.*

Los ensayos clínicos con estos páncreas artificiales podrían empezar el próximo noviembre en un grupo de voluntarios que serán sometidos, dentro de la Unidad de Investigación Clínica de Mayo, a una dieta estricta, regímenes de ejercicio y administración de insulina.*

Después sus datos se introducirán en un algoritmo para la administración de insulina que imita el proceso natural del organismo para controlar y responder a los niveles de glucosa en sangre.

Kudva y otros científicos de la Clínica Mayo han trabajado durante casi 15 años para profundizar en diversos aspectos de la diabetes y la obesidad.*En concreto, han analizado aspectos como la manera en la que los movimientos cotidianos afectan al azúcar sanguíneo.

AVANCES SOBRE DIABETES EN SAN DIEGO

Estos avances, que presentará durante la reunión de la Asociación Americana de la Diabetes, que se celebrará este junio en San Diego (Estados Unidos), se están aprovechando en el desarrollo del páncreas artificial.

Entre estos hallazgos está el que, hasta una cantidad mínima de actividad física tras las comidas, repercute profundamente sobre los niveles de azúcar sanguíneo en quienes padecen diabetes tipo 1.*

Así, se ha demostrado que los diabéticos que realizan actividad física moderada después de comer mostraban niveles de azúcar sanguíneo cercanos a los de las personas cuyo páncreas funciona al 100 por cien. Sin embargo, quienes permanecieron sedentarios después de la comida presentaron niveles elevados de azúcar sanguíneo.

Según el doctor Kudva, «nunca antes se habían examinado los efectos de una actividad física de baja intensidad que imita las actividades de la vida cotidiana, midiéndolos con precisión sobre la variabilidad de la glucosa en la diabetes tipo 1».

«La actividad física mejora la acción de la insulina, disminuyendo la concentración de glucosa en la sangre», explica Kudva, para quien «la detección de la actividad física en tiempo real, junto con la muestra de su efecto sobre la dinámica de la glucosa, es fundamental para diseñar un sistema automático de entrega de insulina».* * Por su parte, el doctor Basu presentará también en la cita de San Diego sus descubrimientos sobre el hecho de que, entre los adultos sanos, los niveles de azúcar sanguíneo disminuyen más rápido durante la mañana que durante la noche, lo que plantea que la acción natural de la insulina tiene un patrón diurno.*

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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