Los 50 kilos de dinamita hallados este lunes en un piso de la calle Vilanova de Manresa por los Mossos d’Esquadra y la Policía Local estaban en un «muy mal estado de conservación y su manipulación era muy peligrosa».
Según ha informado este martes la policía catalana, la dinamita se descompone parcialmente cuando lleva un tiempo almacenada en malas condiciones, lo que aumenta su riesgo de explosión.
Según han explicado a Europa Press fuentes de la Policía Local, los explosivos, en su mayoría Goma-2, tenían unos 40 años de antigüedad.
Según los indicios recabados hasta ahora por los investigadores de Mossos, los explosivos eran del anterior propietario del inmueble, que murió hace dos años, y que los habría utilizado hace años cuando trabajaba como rehabilitador de masías en la comarca del Bages.
El actual propietario del piso –en el que actualmente no vivía nadie– es una inmobiliaria que estaba realizando obras de rehabilitación en el inmueble, y fueron los operarios los que alertaron de la existencia de los explosivos.
Los Tedax de Mossos se desplazaron al lugar, y tras acordonar la zona, comprobaron que se trataba de unos 50 kilos de dinamita en cartuchos, 100 metros de mecha y 27 detonadores pirotécnicos, un material explosivo que no es habitual localizar en tanta cantidad en un domicilio en pleno casco urbano.
Tras asegurar y retirar los explosivos, los Tedax trasladaron el material en condiciones de seguridad, escoltados por dos coches patrulla hasta una cantera cercana, donde los destruyeron siguiendo los procedimientos de seguridad habituales
