Un miembro del GAL confiesa haber introducido 500 kilos de cocaína en España con un velero

Un miembro del GAL ha confesado este martes ante la juez ser la cabeza pensante del contrabando de un alijo de cocaína de 482 kilos en España en un velero desde Venezuela con la ayuda de un cómplice con el que debía de repartirse lo pactado con una organización ‘narco’.

Según ha declarado, el acusado Jorge Porta Laborda compró un velero llamado «Puedo Más» a nombre de la asociación Olgar Projects, de la que era administrador su empleado y cómplice Antonio O.G., «para hacer una importación ilegal de droga».

Según el escrito fiscal, la operación comenzó en la primera mitad de 2009, cuando ambos acusados, junto con los también acusados Pedro José M.F. y Ernesto V.C., llevaron el barco a dique seco para modificar dos depósitos de combustible y dos de agua situados bajo el suelo de la cabina de la embarcación, dividiéndolos en receptáculos independientes, para almacenar grandes cantidades de droga.

En marzo del mismo año, Ernesto V.C. y Antonio O.G. viajaron a Brasil con el buque, donde recogieron a Jorge Porta y a Pedro J.M., que viajaron a Venezuela, aunque el componente del entonces GAL, cogió un avión para volver a España.

Cuando los procesados llegaron al puerto venezolano de La Cruz llenaron los depósitos de cocaína disuelta en líquido y contrataron a los también acusados Andrés F.M. y Stephane M.C. para que pilotaran la nave hasta Barcelona, según la fiscal.

El principal acusado, ha asegurado que fue él quien encargó la modificación de los depósitos y que dio como excusa a sus empleados que sería bueno dividirlos para que si la potabilizadora de agua fallaba y, siguiendo las directrices de las personas que debían llevarle la droga, les dijo a Antonio O.G. y a Pedro y J.M. –que era quien debía comandar el barco hasta Barcelona–, que no regresaran hasta nuevo aviso, mientras él esperaba la llamada de los miembros de la organización de narcotraficantes al otro lado del Atlántico.

«Fui yo quien colocó la droga en los compartimentos, con la ayuda de aquellos que me la trajeron», ha explicado exculpando sus empleados y a los tripulantes que lo trajeron hasta las costas catalanas, de los que ha dicho que no sabían nada, porque esa es la forma más segura de introducir droga en el país.

A quien no ha exculpado es a Antonio O.G. de quien ha dicho que estaba al tanto de toda la operación y que el pacto con él era repartirse los 300.000 euros prometidos por hacer el envío y, en caso de fracasar, sería Antonio O.G. quien asumiría las culpas, cosa que no ha hecho en su declaración de este martes que ha asegurado que no sabía nada de la droga.

«El motivo de decir la verdad es delatar a los culpables que no están imputados y liberar a los inocentes que sí lo están, para poner las cosas en su sitio», ha explicado Jorge Porta quien ha citado a César Arango Gallo, alias ‘Oscar’, como la persona que daba las indicaciones, no citada como imputado en el juicio.

Según ha explicado la defensa de Porta a Europa Press, piden la atenuante sobrevenida de confesión y la de colaboración, ya que según el acusado en el momento del registro del barco informó a los agentes y bomberos dónde estaba la droga y les dijo que no utilizaran radiales ni sopletes para abrir las entrañas del buque ya que la droga estaba mezclada con éter, un material muy volátil.

El 22 de julio de 2009 el buque arribó en el puerto del Fórum de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) donde Jorge Porta y Pedro J.M. esperaban a recibirlo cuando la Policía Nacional detuvo a los integrantes de la banda.

La Fiscalía pide 15 años de cárcel y 70 millones de euros de multa para todos los acusados a quienes considera integrantes de una banda de narcotraficantes –dos de ellos tienen antecedentes por narcotráfico y Antonio O.G. por estafa–.

El peso de la cocaína intervenida es de 482,776 kilos distribuidos en 18 bidones, cuyo valor en el mercado asciende a los 30 millones de euros.

SU PASADO EN EL GAL

El jefe de la organización internacional dedicada al tráfico de cocaína fue miembro del GAL y participó en el asesinato de un hombre a quien confundieron con un integrante de ETA, en Biarritz, el 24 de diciembre de 1985, por el que fue condenado por la Audiencia Nacional.

Jorge Porta fue condenado a 26 años de cárcel por su participación en el asesinato de Robert C. en el café de Lacroix des Champs, dentro del comando dirigido por I.M. –condenado en su día por tráfico de drogas en Tailandia–, e integrado por J.L.F., J.R.L. y C.P.

El asesinato de Robert C. se debió a una confusión del comando puesto que no era miembro de ETA, si no que en realidad era un electricista y los autores eran todos de la ultraderecha barcelonesa.

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